Hermosillo, Sonora.- Disciplinado en sus actividades escolares desde casa, Héctor Manuel Robles Villegas , de 15 años, aprovecha su tiempo libre para jugar en línea con sus amigos. La emergencia sanitaria por le dio un respiro, pues es el primer verano que no tendrá cirugías de rehabilitación en Shirner’s de Sacramento, California.

Apasionado del deporte, es cinta negra, primer dan en Tae Kwan Do, disciplina con la que ha representado a Sonora en juegos nacionales; practica natación, rappel, pero su deporte favorito es el fútbol.

Confía en que la situación generada por la pandemia se normalice y sus padres puedan cumplirle el sueño de llevarlo presenciar un clásico entre el Barcelona y Real Madrid, así lo comentó a EL UNIVERSAL mientras jugaba en forma virtual con sus amigos.

Cambió sus hábitos por la emergencia sanitaria ; pasa los días contento, relajado sin la presión de viajar a Estados Unidos como lo ha hecho año con año, tras la tragedia de la , ocurrida el 5 de junio del 2009.

El incendio le provocó graves secuelas en sus extremidades, prácticamente perdió toda la piel. El lado derecho es el más afectado.

Su piel quedó pegada en los huesos, sus manos han tenido varias reconstrucciones, le injertaron toda la cara, zonas del cráneo y se le quemaron partes vitales de los ojos, hasta pasado un mes del accidente pudo ver, sufrió quemadura de córnea.

Héctor lleva más de 28 operaciones múltiple; le han hecho reconstrucción del dedo de su mano izquierda, le colocaron expansores en la cabeza, para cerrarle los espacios donde no tiene cabello, todos los procedimientos son muy dolorosos.

Adriana Villegas, su madre, comenta que la salud de Héctor se encuentra buena, pero “todo esto del coronavirus le afectó, se cancelaron las cirugías, tenía dos ahora en junio, en Sacramento; una era de ortopedia, le iban a hacer artrosis en el dedo pequeño de la mano derecha y tenía planeado el doctor de quemaduras ponerle injerto en la parte de la barbilla pero se canceló hasta nuevo aviso”.

Él está feliz porque dice que es su primer verano de vacaciones, su primer verano sin cirugía, el año pasado nos fuimos cuatro meses, comentó.

Agregó que no le afecta por el momento la cancelación de ambas cirugías “porque no es tan urgente el injerto de la barbilla, pero si lo necesitará, ya que del lado derecho está injertado y al voltear se jala el ojo para abajo, era para liberar un poco la piel, pero puede aguantar y el dedito también puedo aguantar”.

Considera que tanto su hijo Héctor como otros menores que sufren a diario las lesiones en el incendio son un ejemplo de fortaleza, están preparados para afrontarlo todo, y ahora son ellos quienes dan entereza a sus padres en el día a día. “Están agarrando la batuta”.

El 11 aniversario de la tragedia, se vuelve aún más triste, “es la semana más difícil, cae en viernes y los ánimos están por abajo, es el mismo día en que ocurrió el incendio, pero pues aquí andamos siguiéndole para delante, no va haber marcha pero si se va a hacer un programa el 5 de junio, no lo dejaremos en el olvido”, recalcó.

Coronavirus da respiro a Héctor, víctima del incendio de la Guardería ABC
Coronavirus da respiro a Héctor, víctima del incendio de la Guardería ABC

Ha tenido más de 28 intervenciones quirúrgicas para recuperarse.

Volver a Sonreír, la causa

Después de la tragedia no ha sido fácil “Volver a Sonreír”. Adriana Villegas junto a otras madres de víctimas de la Guardería ABC, en noviembre del 2018 constituyeron una asociación para ayudar a niños y adolescentes que sufran quemaduras o presenten problemas de ortopedia.

Esta agrupación sin fines de lucro opera al momento con recursos propios. Realizan bingos, rifas y diferentes actividades para recabar fondos.

“Cuando hay necesidad cooperamos para ayudarle a pacientes que tienen que ser trasladados a hospitales Shriners de Tijuana o a Sacramento, California.

Explicó que sólo son enlace con los hospitales para que reciban atención médica, pues cuando pasó el incendio de la guardería ABC, ella como otras madres batallaron mucho al principio porque no sabían cómo funcionaba el hospital, ni como era la atención que se les otorgaba.

“Muchas madres cuando se les accidentan sus hijos no los atienden, porque piensan que es muy costoso, que si van a Estados Unidos, topan con la barrera de no saber hablar inglés, que no van a tener donde dormir ni que comer”.

Cuando se nos contacta por un caso de emergencia, nosotras primero contactamos a los médicos y preguntamos si los pueden atender, luego con nuestros propios recursos juntamos para el pasaje y las orientamos de lo que van a recibir en el hospital.

Cuando son emergencias el mismo hospital tramita un permiso especial para permanecer en Estados Unidos en caso de no contar con Visa. Todo esto nosotras no sabíamos, y queremos que las personas no tengan miedo de atender a los niños y que lo hagan a tiempo, dijo Adriana Villegas.

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