Nos cuentan que en Baja California Sur, el secretario de Salud del gobierno estatal panista, Víctor George Flores, arremetió contra las declaraciones del subsecretario federal Hugo López-Gatell, quien refirió inconsistencias de las entidades al aportar las cifras sobre la pandemia. Sin pelos en la lengua, nos indican, don Víctor aseguró que en el estado “no les quedó el saco”; al contrario, se quejó por la falta de brigadas epidemiológicas federales en las entidades y el decreto presidencial para que personal de salud mayor de 60 años pudiera ausentarse incluso dejando entrever que la medida tuvo tintes políticos. Pero ahí no acabó el pleito, nos detallan, pues el personal médico del estado tampoco se quedó callado y le exigió a su secretario que en lugar de buscar culpables y aferrarse a su “semáforo naranja”, acepte que tal como indica la Federación, en Baja California Sur se vive una emergencia de semáforo rojo. Al buen entendedor...

A Duarte se le acaba también el amor

Otra mala noticia, nos dicen, llegó a oídos de César Duarte, exgobernador de Chihuahua por el PRI, pues no sólo tiene que lidiar con su proceso de extradición a México y los delitos que se le imputan, sino que ahora, en su “amado” Parral, el ayuntamiento decidió declararlo persona non grata, al igual que a todos los que resulten involucrados en sus actos de corrupción, que por ahora son al menos otras 39 personas, según la Fiscalía Estatal. El tema, nos explican, es que en su mandato, además de bailar y hacer movimientos “sospechosos” con el erario, don César presumía a los cuatro vientos su amor por esa tierra, y el de esa tierra por él. No hay amor que dure 100 años y menos uno que aguante un desfalco, se escuchó por ahí.

Entre morenistas, ni balazos ni abrazos

Desde Coahuila nos comentan que, luego del zafarrancho que hubo en Saltillo, al término de una rueda de prensa del líder nacional de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar, más de una ceja se levantó contra Ariel Maldonado Leza, consejero nacional del partido y quien desató el relajo tras golpear en el rostro a un militante que reclamó “mano negra” en la selección de candidatos de Coahuila. Pero más allá del golpe, nos confían, lo que llamó la atención fueron los comentarios de las huestes guindas, que recordaron que don Ariel es cercano al exgobernador Humberto Moreira, por lo que desde ya muchos exigen su destitución no sólo por la agresión, sino también porque sospechan que es un infiltrado del PRI. ¿Atinarán?

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