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Los integrantes de la caravana de migrantes que se encuentran en la Ciudad de México decidieron en asamblea que las primeras horas de este viernes se van con o sin autobuses que solicitaron a la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

En el Estadio Jesús Martínez Palillo, en la Ciudad Deportiva de la Magdalena Mixhuca, los migrantes decidieron salir a las 5:00 horas de este viernes hacia Querétaro y el destino final en territorio mexicano será Tijuana, Baja California.

Los integrantes de la caravana Anabel Rodríguez, Carlos Vázquez, Walter Cuello y Milton Benítez, entre otros, informaron a casi 5 mil migrantes que los representantes de la ONU les avisarían en breve si proporcionarían o no 170 camiones que piden, sobre todo para cuidar a mujeres embarazadas, adultos mayores y niños.

Al tomar la palabra, Anabel Rodríguez, -luego de que la asamblea se manifestó por irse-, confirmó que este viernes, con o sin camiones, continuarán su viaje hacia Estados Unidos.

Apuntó que se determinó que la vía más segura es arribar a Tijuana, Baja California, pero la ruta para llegar allá se irá definiendo conforme avance la caravana, “el objetivo es Tijuana y llegar juntos como familia”.

Previamente, el vocero de los migrantes, Milton Benítez, había advertido que los centroamericanos rechazarían la presencia de la ONU en el albergue si no les dan los camiones.

“La gente ha determinado que si no se resuelve el tema de los camiones ya no los quieren ver en el albergue [al personal de la ONU] dándoles un plato de comida porque eso lo resuelve el pueblo mexicano. Ya no quieren que se estén tomando la foto con ellos”, indicó.

Milton Benítez, activista hondureño que ha asumido funciones de vocería en la caravana, exigió a la ONU que deje “de estar cumpliendo ejercicios de mendicidad”.

El jueves, una comitiva de 12 a 15 miembros de la caravana se reunió por la tarde con Jorge Alberto Nava, miembro de  Unidad de Observación de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

En un encuentro que se extendió durante cerca de dos horas, los funcionarios de la ONU habrían pedido tiempo para determinar si se puede cumplir o no la petición de los miembros de la caravana.

Todos salieron con expresión tensa: los funcionarios rechazaron dar declaraciones y los migrantes exigieron esperar a la asamblea.

La marcha. Al medio día, un grupo de migrantes marchó del estadio Jesús Martínez Palillo a las oficinas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Polanco. Durante tres horas, los centroamericanos agradecieron la solidaridad de los mexicanos, con gritos de “¡Viva México!” y “¡Gracias, México!”.

Durante todo el trayecto, automovilistas que se los topaban tocaron el claxon de sus vehículos en señal de apoyo. Una mujer que viajaba en un taxi, sacó la cabeza por la ventanilla y les gritó: “¡Que Dios los bendiga!”.

La Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México dio a conocer que hasta ayer había 4 mil 814 personas en el albergue de la Magdalena Mixhuca.

La noche del miércoles, un grupo de alrededor de 300 personas abandonó  el refugio en la Ciudad de México: algunos regresaron a Honduras y otros decidieron continuar su camino a Estados Unidos.

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