Al pensar en Winona Ryder es inevitable no asociarla a los personajes que protagonizó en la década de los noventa, pues fue una de las actrices que mejor plasmó la personalidad de la generación X, representada por el cinismo, el idealismo y los sueños. Su relación con Johnny Depp es otra de los temas que, todavía hoy, la persiguen, al convertirse en una de las parejas más queridas en Hollywood, y es hasta ahora que la actriz reconoce la etapa tan difícil que atravesó luego de la ruptura.
En una entrevista a “Harper´s Bazaar” que, más que entrevista, se le parecía más a una conversación intimista, el actor y compañero de reparto de Ryder en “Stranger Things”, David Harbour, habló acerca de lo fascinante que le ha resultado conocer el mundo interior de Winona, de gran profundidad, desde el día que se conocieron y sentaron a hablar de la serie de los hermanos Duffer, pudo entrever que la actriz es todo un mundo aparte, construido con cimientos de fantasía, melancolía y nostalgia.
Estos mismos elementos fueron los que, desde que era una pequeña niña, la motivaron a dedicarse al cine –su gran pasión-, y ya no sólo como la interprete por excelencia que personajes de psicología compleja, renuentes a apegarse a lo que se debe pensar y sentir convencionalmente, sino a apreciar la realidad detrás del foco, como si los colores de la existencia no fueran cromáticos, como si todo aquello que nos rodea se posara frente a nuestros ojos a blanco y negro. Sin esperarlo, Winona no se convirtió en una directora de cine, como soñaba en principio, sino que se dedicó a la actuación.
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Luego de su primera aparición en cine, en Lucas (1986), su participación en películas de renombre comenzó a ascender, hasta alcanzar el punto más álgido en la década de los noventa. Ryder que apenas alcanzaba la mayoría de edad ya había encarnado la vida de múltiples mujeres, pero en la vida real, encarnaba sólo a una, así misma, quien experimentada los sinsabores y placeres del primer amor –o el que se siente como el primero- cuando conoció a Johnny Depp, otro de los actores que más eran solicitados por directores y productores de cine de la época.
Foto: IMDb
Winona se enamoró y emprendió una historia de amor junto a Depp, que los llevó a comprometerse a tan sólo cinco meses de haberse conocido y a entablar una relación que se extendió por los próximos cuatro años, pero así como saboreó la plenitud de la coincidencia y reciprocidad junto al actor, la amargura que experimentó, luego de su separación, fue proporcional. Así fue como ella lo reconoció, para esta misma revista; no es sencillo que se tatúen tu nombre “para siempre” y después, tu nombre sea remplazado por la palabra “vino”-
Aunque la actriz no dijo explícitamente “estar lejos de Johnny fue difícil”, Ryder reconoció que todo lo que vino para ella, tras el rompimiento, se cubrió de una nube negra con la que tuvo que aprender a lidiar por mucho tiempo. “Esa fue mi ´inocencia, interrumpida ‘en la vida real”, dijo, haciendo referencia a la cinta que protagonizó en 1999, donde es internada en una clínica psiquiátrica, cuando su personaje tiene una sobredosis por mezclar alcohol y drogas.
Durante la transición que vivía, Winona contó con un par de aliadas que le extendieron su apoyo, mujeres experimentadas que concibieron la vulnerabilidad de Ryder, a sus versiones de la juventud, cuando todo parecía carecer de certidumbre y sentido. Michelle Pfeiffer con quien compartió reparto en “La edad de la inocencia” (1993), le expresó que todo pasaría, que era cuestión de tiempo para restablecerse de la ruptura, pero la joven actriz no pudo entenderlo en ese momento, reconocía que se lastimaba a sí misma, que no se cuidaba como debía, pero no sabía de qué manera hacerlo.
"Nunca habló de esto", djio Ryder. “Hay una parte de mí que es muy privada. Tengo tal, como, un lugar en mi corazón para esos días. Pero para alguien más joven que creció con las redes sociales, es difícil de describir”.
Fue entonces cuando la actriz decidió darse un respiro: “Me jubilé”, recordó, pues a los años siguientes tuvo lugar la detención, provocada por un hurto que cometió en una tienda de ropa. Ryder sabía que era suficiente de la vida pública, los productores dejaron de buscarla y ella también dejó de tocar puertas, lo que le pareció que fue un descanso mutuo entre las partes. “Creo que fue una ruptura muy mutua”.
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melc