El flautista de Hamelín, que es cuento clásico documentado por los hermanos Grimm, llegará al Palacio de Bellas Artes de la mano de Mario Iván Martínez.

El actor de obras de teatro como La jaula de las locas y La habitación azul ya entregó la adaptación de la historia situada en el siglo XIII, donde se cuenta cómo un hombre, ayudado por la música, libra a un pueblo de las ratas que lo infestan.

Eduardo Gamboa, compositor en filmes como La leyenda del Zorro y El libro de piedra, se encarga de crear las partituras a ejecutar.

“Será en abril de 2021, cercano al Día del Niño, con la Orquesta Sinfónica Nacional tocando y el maestro Horacio Franco en la flauta; yo estaré narrando”, indica Mario Iván Martínez.

El proyecto será el final de su beca creativa del Fonca (Fondo Nacional para la Cultura y las Artes) y que luego podrá mostrar en diversas plazas de la República mexicana.

“La adaptación ya la acabé y ahora se están presentando los avances en la composición. Así como El flautista, he producido otras versiones sinfónicas como El soldadito de plomo y Pulgarcito; todos los conciertos deben estrenar en Bellas Artes, pero luego tengo el albedrío de difundirlo”, explica.

En el cuento original de El fautista de Hamelín, el pueblo no cumple con lo acordado del pago, así que, enojado, el músico regresa días después para llevarse a los niños y desaparecerlos.

En otra versión los infantes son devueltos, previo pago al flautista.

Mario Iván ha dedicado varios años de su carrera profesional al público infantil, narrando cuentos en eventos o grabando discos de gente como don Francisco Gabilondo Soler Cri Crí.

Recién salió el audiolibro Tres elefantes se columpiaban, conformado por igual número de relatos, incluyendo el inédito de su autoría, “El elefante multicolor”.

“Es para desterrar del ánimo los prejuicios y el racismo”, indica.

Ahora acaba de reponer la puesta en escena Vicent, girasoles contra el mundo en el Teatro Libanés, al sur de la capital mexicana.

En la obra, Mario Iván Martínez hurga en los encuentros y desencuentros del pintor europeo, resaltando la figura de su cuñada, la feminista Johanna Bonger de Van Gogh, heredera del arte pictórico y epistolar del artista.

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