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“¿Éstos han tomado dos botellas de tequila o qué les pasa?”, se preguntó Tino cuando lo buscaron para hablar sobre un documental de Parchís, el grupo español que había integrado en los años 80.

“¡Estábamos aparcadísimos!, nuestro tiempo había pasado y de repente nos vinieron con eso, sorprendía, no era muy normal!”, recuerda el cantante de 52 años.

Eso fue hace un sexenio. Durante este periodo Tino, Yolanda, Gema, Frank, David y Oscar se sentaron por horas ante las cámaras del realizador Daniel Arazans y contaron lo que vivieron durante su corta carrera.

En el documental se revela que a Tino lo perseguían la señoras y con Yolanda se dio sus primeros besos apasionados, mientras que David comenta su relación breve con Paulina Rubio, La Chica Dorada.

“¡Eramos muy chicos!”, recuerda brevemente David.

Con material de archivo, se recuerda el concierto que Timbiriche y Parchís tuvieron juntos en la Ciudad de México y cómo el público prefirió a los españoles, ante la sorpresa de todos.

Ambas bandas eran prácticamente vecinos en la colonia donde les eran rentaban casas, mientras se encontraban de gira.

“Pero la verdad eran bien traviesos todos, finalmente, niños”, dice divertido un elemento cercano a Parchís, frente a cámara.

“¡Vamos, es una hora y 35 minutos y aunque se dicen muchas cosas, fueron seis años de trabajo con giras y cosas que faltan!”, recuerda Yolanda, La Ficha Amarilla.

Richard Royuela, escritor del documental que estrenará en julio a través de Netflix, indica que la idea surgió luego de que su hija de entonces tres años, se enganchó con un video del grupo que llevaba casi tres décadas desaparecido.

Y entonces comenzó a ver que mucha gente los conocía y eran aún fans de ellos.

“Los buscamos y pues al principios les costó entrar al proyecto, estaban cansadísimos de que les primetieran cosas, fuimos muy claros, les hablamos desde el corazón y, al final, aceptaron”, recuerda.

“Desde un principio no nos interesó centrar el documental en el dinero, los pleitos y los engaños, sino en ver por todo lo que habían pasado estos chicos”, indica Royuela.

Y en eso se ve cómo fue la mamá de Oscar, el más pequeño integrante del grupo original, comenzó a tener fricciones con todos, aparentemente por temas de explotación y dinero, así que decidió sacarlo.

“¡Fue una buena época!” argumenta Oscar a cuadro y quien menos aparece en escena.

También se recuerdan los intentos de Tino por emprender carrera de solista y algunos problemas económicos que se atravesaron cuando quisieron llegar a Estados Unidos, de manera profesional.

“No fui difícil recordar, de lo que yo no, quizá a la Ficha Amarilla sí”, apunta Tino.

Las complicaciones. Pagar permisos de canciones (se usaron 23, entre ellas el tema de la banda) fue lo más complicado para la producción de Parchís: el documental.

“Era el tema de contactar a los autores, muchos muertos; también las imágenes de Televisa son caras, hay mucho material personal, buscar en todos esos archivos fue algo duro”.

Para conseguir recursos acudieron a la plataforma Verkami, que permitió a fans donar dinero para completar financiamiento.

“No sabemos ahora a dónde nos va a llevar esto, si haya un reencuentro musical o no, lo que sí es que gozamos el momento de estar juntos de nuevo”, expresa Tino.

“Fue el primer grupo de niños que tocaba para niños, se sentían representados, éramos un grupo lleno decolores, creo que por eso ha sobrevivido tanto”, destaca Yolanda.

En julio Parchís volverá a demostrarlo.

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