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Le llaman Harry Styles y es, para muchas y muchos, el hombre perfecto. Para muestra, los coros eufóricos con su nombre que retumbaban en el Palacio de los Deportes mucho antes de que el cantante británico apareciera, acompañados de olas que iban de un lado a otro del recinto. Incluso sonó “Querida”, de Juan Gabriel.

De pronto, un grito único salió de los 17 mil asistentes, a las 21:34 horas. Era él, que dueño del escenario desde su aparición, miró a la masa como si viera a  cada uno de los asistentes entre luces blancas parpadeantes que convivían con ese grito que parecía no agotarse. Vestido en tonos guinda, cantó el primer tema de la noche, “Only angel” apuntado por las miles de cámaras que no querían perderse detalle de sus movimientos.

“¿Cómo están? Buenas noches, México lindo. Los he extrañado, gracias por estar conmigo, quiero que bailen, que canten”, dijo Harry en español cuando acabó la segunda canción.

En seguida cantó “Ever since New York” y “Two ghosts”, canciones durante las cuales, de las gradas, se alzaron miles de luces verdes, amarillas, azules y rosas, simulando la bandera de la diversidad sexual. Esto, porque Harry es conocido por apoyar a la comunidad LGBT.

“¡Qué hermoso público! Esta noche tenemos algunas sorpresas, si se saben la siguiente canción, canten conmigo”, indicó el cantante y entonó “Stockholm syndrome”, canción de One Direction, banda con la que obtuvo reconocimiento internacional y que lo trajo ahora a México.

Tras hacer un cover de “Just a little bit of tour heart”, canción de Ariana Grande, Harry tomó nuevamente el micrófono para continuar hablando en español. “Gracias por su amor. Esta es una canción nueva y se llama “Medicine”, expresó.

Al terminar el tema reiteró, ya en su idioma, el gusto de estar cantando nuevamente en México y ya en español repitió varias veces “¡Los amo, los amo, los amo!”, para luego dar voz a otro de sus temas emblemáticos, “Met me in the hallway”.

Del escenario salía un camino que conducía a otro extremo de la pista y sin dar aviso bajó del escenario principal y caminó en otro mar de gritos para cantarle a esa otra parte del recinto que normalmente ve todo desde lejos, a ellos les entonó “Sweet creautre”, rodeado de luces de colores.

“Canten conmigo”, pidió antes de “What makes you beautiful”, en la que sacó una bandera mexicana. Se envolvió en ella, la besó y se apagaron las luces.

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