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Juanes no está inerte, al contrario, piensa con inquietud: sobre cómo el tiempo cambia todo, incluida la música; sobre sus tres hijos y la manera en que inciden en él; sobre un chico, joven como ellos, asesinado impunemente en manos de la policía colombiana; sobre la retórica de los políticos en campaña y la polarización que han generado en su país.

No podría haber llegado a esa conclusión antes, cuando el mundo era otro y él iniciaba su carrera sorprendiendo a todos con una voz salida de no sé dónde: de Carolina del Príncipe, en donde nació, pero también del Medellín que le dio esencia; de esas escaleras interminables de vecindades llenas de historias, que hoy incluso utiliza para su nuevo video, “Pa’ dentro”, que estrena hoy.

Por eso el Juanes de ahora intenta “no comer cuento” —esa es la expresión que utiliza—. Es decir, busca no comprar todos los discursos, ni siquiera los propios. Por ejemplo, tras una plática con sus hijos Luna, Paloma y Dante (de 14, 12 y ocho años) cayó en cuenta de que la música no es estática. “Ellos me enseñan todos los días cosas que yo no percibo”, se sincera en entrevista.

Un día pasó frente a una de sus habitaciones y escuchó la música que oían. Era un beat urbano, del tipo J Balvin, Maluma o Farruco, con letras que no podía concebir. Entonces recordó cuando estudió Diseño Industrial en una universidad de Medellín y gustaba de otros ritmos que tampoco otros entendían, del tipo Bob Marley.

“Nacieron escuchando esta música, yo no tengo problema, mis niños son como de alguna forma un reflector”, reconoce.

“A veces les digo: ‘pero ustedes saben lo que están diciendo esas letras’, hay unas muy heavies, y me miran, ríen y me dicen: ‘papi, por favor, nosotros sabemos’”.

Entonces, un poco por eso, en enero pasado decidió experimentar.

No era la primera vez que lo hacía pero esta vez llamaría a los arreglistas jóvenes de esos temas que lo ponen feliz en las fiestas y hacen que sus hijos bailen.

Si alguien ha escuchado la parte que dice “a mí me gusta” en la canción “Safari” de J Balvin, entonces sabe indirectamente quién es Sky (“rompiendo el bajo”). Su nombre real es Alejandro Ramírez y, junto con Alejandro Mosty Patiño, trabajó en añadirle beats al nuevo sencillo.

Ahí Juanes tampoco “mordió el cuento” de que toda música urbana es vulgar. Su canción tiene una estrofa que relata un momento sensual con la lírica próxima a sus baladas de antaño: “Poco poco, paso el ecuador”, canta. “Yo quiero besarte donde nace la quebrada. Hueles a tierra salada”. En su video hay algo de eso: un hombre en un auto que baja al ecuador de una chica, algo que ve como un discurso de empoderamiento femenino. Su idea, junto a los realizadores franceses Greg & Lio, fue hacer lo opuesto de otros videos urbanos, que cosifican.

“(Ese discurso en la música) es el reflejo de una sociedad. Si prendes la televisión, es más violenta que la música. Las noticias y la realidad de nuestras calles es más violenta que cualquier canción”, lamenta.

Con la camisa social. No importa si el beat suena bien, los problemas le siguen preocupando a Juanes y ahí la importancia de no bajar el discurso desde lo urbano.

En el video de “Pa’ dentro” un policía antimotines corre frente a una chica, pero hay un giro: cuando ambos se abrazan y besan. De fondo, hay un grafiti que, para el cantante, recuerda a un joven asesinado en manos de la policía de su país por pintar las paredes; el caso fue polémico porque además hubo un intento por ocultar el hecho. Eso causó encono. Algo habitual en tiempos de redes sociales.

Juanes percibe esa polarización, en especial recuerda la que trajo el plebiscito del proceso de paz en su país, en octubre de 2016. Su madre y hermanos estaban en contra del sí, a diferencia de él, por ejemplo.

“Todo el mundo literalmente está dividido. Eso ha sido bastante complicado: un país que ha pasado por un conflicto de más de 50 años; resolver esto de la noche a la mañana va a ser imposible”.

El domingo pasado los colombianos decidieron ir a una segunda vuelta en la elección presidencial, con los candidatos Gustavo Petro e Iván Duque. “Uno representa la izquierda radical y el otro la derecha radical; son como dos extremos”, comparte, como en alerta.

De México, sabe las posibilidades que tiene Andrés Manuel López Obrador. Dice que le conoce porque ha sido candidato varias veces y jefe de Gobierno de la Ciudad de México, también ha escuchado de Anaya y El Bronco; no menciona a José Antonio Meade. Pero no puede opinar más. Eso sí, en su país han relacionado a Petro, como a Obrador, con el chavismo, algo que critica.

“Gran parte de estas campañas se han basado en el miedo; para mí el populismo no sólo está en la izquierda sino en la derecha, como en Estados Unidos”.

Por eso cree que lo importante es, de nuevo, “no comer cuento”. “Hay que cuestionarse todo, ser muy consciente del voto, porque en las campañas todo se vale, y ya después la cosa es bien diferente”.

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