jose.montoya@eluniversal.com.mx

Tal vez la mayoría de las personas que asistió al concierto de Barry Manilow no eran unos adolescentes pero su energía, gritos y aplausos superaban por mucho los provocados por un público de veinteañeros.

A las 21:10 horas un mar de luces fosforescentes verdes, entregadas a los asistentes antes de tomar asiento, dio la bienvenida al artista que con una sonrisa mostró agradecimiento.

Luego de iniciar la velada, Manilow tomó el micrófono para dirigir las primeras palabras a la audiencia:

“Buenas noches mis amigos”, dijo en español, “estamos muy felices de regresar aquí y que todos ustedes nos reciban”, y el comentario le valió el aplauso del público que abarrotó el Auditorio Nacional.

En compañía de 10 músicos y tres coristas vestidos completamente de negro, Manilow demostró que a sus 74 años su carisma y voz se mantienen tan frescas como en sus inicios.

Portando pantalón y zapatos negros, camisa blanca y saco gris con destellos brillantes que lo hacían lucir sobre el escenario, el cantante se mostró carismático y de buenas.

Al interpretar el tema “Bandstand boogie”, la pantalla a su espalda se volvió un marco de tv en donde se proyectó la participación de Manilow en el famoso programa de la década de los 70 American Bandstand.

Antes de cantar “This is my town”, tema de su más reciente disco del mismo título, recordó a la gran manzana comparándola con la Ciudad de México, a excepción de la comida.

Otras canciones con las que el cantante deleitó al público fueron “Can’t smile without you”, “They dance!” y “I write singa”.

Hubo un momento en que los aplausos del público y las luces verdes que se movían en las manos de todos los presentes conmovieron tanto al artista que se secó los ojos y dijo: “Me hacen sentir como Justin Bieber”, bromeó. “¡De verdad! Pregunten a sus mamás, yo era el Justin Bieber de los 70”, y cantó “Let’s hang on”.

En más de una ocasión, Manilow aprovechó para tocar el piano y mandarle besos a la audiencia.

Incluso sorprendió al cambiarse rápidamente de saco al cantar “Could it be magic”.

“75 años... La edad no importa siempre y cuando tengas un plátano”, bromeó nuevamente, haciendo alusión a la década de los años 70.

“Siéntense, por amor de Dios”, dijo provocando risas, al tiempo que se sentó al centro del escenario.

Al tomar una breve pausa y abandonar el escenario, fue proyectada otra participación del cantante en un programa de 1975. Manilow volvió con un tercer cambio de vestuario, ahora portando un saco blanco para interpretar “Baby I need you now”.

El intérprete neoyorquino se despidió de sus admiradores tras hora y media de concierto.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses