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Beverly Hills.— La mañana de ayer, a sólo unos kilómetros de donde en 1969 ocurrió el homicidio a la actriz Sharon Tate, se llevó a cabo la conferencia de prensa de Había una vez… en Hollywood, con la presencia del director Quentin Tarantino y su reparto Leonardo DiCaprio, Brad Pitt y Margot Robbie, partícipes de un filme que aborda el crimen perpetuado por la llamada Familia Manson.

Se trata de una mirada a la ciudad de Los Ángeles desde la óptica de Tarantino, quien es experto en la cultura pop, así como afín de usar la violencia como medio de expresión.

“Siempre había querido trabajar con Tarantino, me intrigaba la idea de visitar uno de sus foros de rodaje. Hubo un momento en que mi agente estaba negociando que terminarámos mis escenas más pronto para irme a hacer otros proyectos, lo cual me provocó pánico y me hizo buscar a Quentin de inmediato para pedirle que quería estar todo el proceso. Puedo decirles que incluso aún yo habiendo terminado mi participación, iba a las filmaciones para seguir aprendiendo”, compartió emocionada Robbie, quien interpreta a Tate.

Mientras que DiCaprio y Pitt ya habían participado con Tarantino y fueron convocados para formar la dupla de Rick Dalton y Cliff Booth, un actor venido a menos de los años 50 y su doble de acción que lo acompaña como asistente y hasta chofer.

“Tenía mucho deseo de hacer una película que reflejara Los Ángeles, de mi juventud”, reveló Tarantino, de 56 años.

“Pero la idea central de la historia me vino cuando hace un tiempo estaba filmando y un actor veterano se acercó sugiriendo que si no estaba interesado en contratar a su amigo y doble de acción para hacer algunas escenas, a lo cual accedí. Viéndolos a los dos interactuar, me di cuenta que tenían una amistad de años y que prácticamente eran espejo el uno del otro”.

DiCaprio, por su parte, contó: “Me encantó la idea de Tarantino de insertar a Rick en un escenario histórico. Él es vecino de Roman Polanski (director de El bebé de Rosemary) y Sharon Tate. Transmitiendo su ansiedad de no ser parte de ese Hollywood de categoría al que nunca ha pertenecido”.

Dispuesto a llevar el peso de la historia del artista no reconocido, por su trabajo de stunt, Pitt expresó que su presencia en la película de Tarantino obedece a que él trajo el espíritu del cine independiente en los años 90 y que sus diálogos son siempre los mejores a leer.

“Hay una especie de musicalidad en cada parlamento que escribe Tarantino, que si comienzas a mover palabras le quitas su ritmo”, dijo Pitt.

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