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Susana Zabaleta

es la viva imagen de la sensualidad; extrovertida es la palabra que mejor la define. Pero cuando de sus hijos Elizabetha (18 años) y Matías Gruener (13 años) se trata, asegura que es una mamá totalmente tradicional.

“Yo juego a la femme fatale pero no, pregúntale a mi hija aquí las reglas se cumplen”, aseguró la actriz y cantante.

Y como toda madre hay cosas que le preocupan. Por ejemplo, ahora que Matías ya es un joven con las inquietudes propias de su edad, eso la pone nerviosa y recuerda una ocasión en que tuvo que dejarlo solo en casa y él terminó invitando a una amiga dos años mayor que él.

“Como decía Ana en El violinista en el tejado, de estos niños nacen otros niños. Dije no, no, que alguien se quede a cuidarlos. Da miedo, ya llegó el momento en que te entra el pánico, aunque te digan, ya me dieron ‘la plática’”.

Pero Matías considera que su mamá no es tan feroz como ella se pinta sino que es muy divertida y loca.

“Yo nunca me ofendo cuando me dicen que estoy loca, pues sí ¿y cuál es el problema? Pero qué divertida soy”.

“Me gusta la mamá que me toco”, afirma Matías. “Además le da ambiente a la casa. Me tocó quedarme solo en la casa dos semanas, porque tenía ensayos y no me dieron permiso de faltar, pensé que sería tranquilo pero la primera noche no aguanté, y no es que tenga mamitis pero mi mamá le da un ambiente chistoso porque está cantando o repasando cosas”.

Como toda mamá tradicional le gusta celebrar el 10 de mayo, pero en su casa y realizando cosas con sus hijos, como un día de spa o lo que se les ocurra.

Matías explica: “Mi mamá, mi hermana y yo, y a veces mi papá (el cineasta Daniel Gruener) hacemos cosas muy locas, cuando éramos pequeños hacíamos un cine en el cuarto de mi mamá, poníamos todo oscuro, hacíamos palomitas y poníamos películas hasta el cansancio”.

Tras sus pasos.

Viviendo en una casa donde la música es parte de la rutina, era de esperarse que Matías siguiera los pasos de su famosa mamá: está por estrenar la obra A los 13 en el Teatro Libanés.

“Me da una especie de vértigo, porque hay dos tipos de personas, los que observan y los que estamos arriba del ring peleando, yo creo que es más difícil estar en el ring porque te pueden noquear con una crítica, una desafinada. Pero pelear es de valientes, siempre se los he dicho, entonces hay que partirse la madre arriba, aunque a las demás personas no les guste lo que haces”, opinó la cantante.

Madre e hijo ya han compartido el escenario, cuando Matías con tan sólo ocho años hizo su debut en el musical Los locos Addams.

“No es fácil, porque en Los Addams era mas tranquilo. Además, por decirlo de algún modo, pongo en riesgo el nombre de mis papás entonces tengo una responsabilidad más grande”.

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