Los actos de rechazo de los que ha sido objeto el conductor Rafa Sarmiento al salir con su hijo Iñaki durante el confinamiento por el coronavirus en Madrid, han servido de cierta forma para visibilizar al sector de la población que vive con trastornos como el del lenguaje o del Espectro Autista y para quienes es difícil permanecer en aislamiento.

Sarmiento relató ayer en Twitter algunas respuestas negativas que ha tenido de vecinos madrileños que lo han visto pasear con su pequeño a bordo de un patinete eléctrico. El comunicador ha sido juzgado a pesar de que esta medida fue recomendada por su terapeuta, optó por utilizar una camisa en la que dice “autismo” y siempre carga con los documentos que le permiten salir con el menor.

En entrevista con EL UNIVERSAL explica que con su esposa Jimena Pérez y sus dos hijos el confinamiento iba bien hasta que el menor presentó cambios.

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“El día 22 de encierro -ya estamos pasando los 40 días- empezó a tener comportamientos preocupantes: berrinches, intolerancia, lloraba demasiado y se empezó a hacer un poco de daño. Iñaki en México fue diagnosticado con Trastorno específico del lenguaje, que se divide del autismo por un hilo muy delgado. Lo han visto especialistas en España y dicen que puede ser eso pero hay altas probabilidades de autismo”, explicó.

“Iñaki todavía no está diagnosticado por completo, tiene 4 años, yo creo que en 2 podremos saber exactamente si tiene. El día de hoy da igual porque el tratamiento y alcances son los mismos”.

De los 7 días que lleva saliendo siempre ha recibido algún comentario negativo ya sea que le griten, lo insulten e incluso pretendan grabarlo. El informador señala que la gente no tendría por qué hacer eso ya que en dado caso es tarea de la policía tomar medidas.

“Yo también estoy preocupado y lo entiendo pero como padres es muy duro todo lo que te tienes que comer en casa con este tipo de situaciones para que encima cuando sales la gente te empieza a agredir”.

Lo que quiere dejar claro es que sabe que no son la mayoría de madrileños quienes han actuado así pero es algo que debe visibilizarse porque sabe que como él hay más familias en esta situación.

“Ha habido padres que se han negado a llevar insignias porque no están de acuerdo en que los niños sean etiquetados y tienen toda la razón y derecho de hacerlo de esta forma. Yo hice mi playera para evitarme problemas sobretodo con la policía, la gente me da igual”.

Según relató Sarmiento en España las medidas para evitar que la gente salga si no es necesario son muy estrictas y las multas a quien rompe las reglas son de miles de euros, sin embargo quienes tienen padecimientos de comportamiento y trastornos del neurodesarrollo pueden salir a dar un pequeño paseo acompañados de un padre, hermano mayo, tutor, etc.

A pesar del disgusto Sarmiento ha visto una buena respuesta tanto de la policía de Madrid que retuiteó su historia, así como de medios españoles que lo han buscado. Su historia tuvo también un impacto en México.

“Me contactaron de un ayuntamiento en Nuevo León para ver si les podía compartir el dictamen del Ministerio de Sanidad para las salidas para ver si ellos lo implementaban”, explica.

“Me encanta que se esté empezando a tomar conciencia de estas cosas y que por ejemplo un ayuntamiento de Nuevo León diga ‘estos chicos tienen que salir’ y ver cómo lo hicimos acá para ver de qué forma se implementa en México”.

Afortunadamente, señala que su hijo no se ha dado cuenta de las respuestas de ciertas personas y sólo en una ocasión lloró al ver que Sarmiento le respondió a alguien.

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