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El elefantito Dumbo siempre ha estado infravalorado.

La película original, estrenada en 1941, significó un empuje financiero de Disney tras las pérdidas que había dejado un año atrás Fantasía. Fue la más taquillera de esa empresa en su década, sin importar que se estrenó a días de que Estados Unidos entrara en la Segunda Guerra Mundial.

Obtuvo el Oscar a mejor sonido y fue considerada la mejor película animada en el Festival de Cannes en 1947. Salvo un incidente, cuando se consideró que los cuervos de la historia eran una referencia racista contra los afroamericanos, siempre fue bien recibida.

En lo emocional también parece infravalorarse: Dumbo habla de los lazos familiares, del acoso que ahora se conoce como bullying y las diferencias. La versión con actores reales (llamada live action) que se estrena hoy, busca hacer honor a todo ese legado, con algunas diferencias notables en la visión de Tim Burton.

Danny DeVito, quien interpreta al dueño del circo que alberga al elefantito, explica que esta versión buscó no enfocarse tanto en el acoso que sufre el personaje, sino en la manera en la que es aceptado: la idea era no caer en el error de que sus grandes orejas causaran lástima por las burlas, sino que todos se indentificaran con las bondades de sentirse diferente.

“Esa es una gran lección por niños y para adultos porque tenemos un largo camino para aceptarnos unos a otros”, opina en entrevista con EL UNIVERSAL.

“Cuando ves al pequeño bebé, tienes esos grandes sentimientos de inocencia: es un hermoso y bello elefante. El hecho de que sea tan diferente a otros elefantes te despierta sentimientos porque sabes que no es ‘normal’, sino un ser único como todos lo somos”.

Su personaje, Max Medici, tampoco es perfecto, pero eso no lo hace mala persona. Al ser el director de un circo pequeño, falla en su lucha contra un gran corporativo. “Se preocupa por las personas con las que trabaja, se preocupa por toda esta familia. Él quiere lo mejor para ellos, a veces sus decisiones no son tan importantes pero él lo remedia, y eso es genial en una cinta de Disney”, considera.

DeVito cree que el mejor mensaje de esta nueva versión es que, pese a las imperfecciones, todos deberían unirse para aceptar las diferencias, defender la naturaleza y entender que los animales son seres sensibles.

“Hay que respetar todas las criaturas y al planeta. No es el río, el árbol, o el lago. Es la vida”.

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