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La madrugada del lunes Fernanda Castillo despertó angustiada al ver, claramente en su sueño, cómo el lugar donde se encontraba iba llenándose de víboras.

Había pasado una larga jornada ensayando la puesta en escena "Hermanas", que pronto estrenará.

“Creo que (la pesadilla) es un símbolo de entrarle al riesgo, de hacer cosas nuevas y decir ¡ay en la madre!. En la vida real, las víboras me dan mucho miedo”, dice divertida del otro lado de la línea telefónica, durante un receso de los trabajos.

La actriz fue un rostro cinematográfico exitoso en 2018.

Estrenó tres largometrajes de comedia (Una mujer sin filtro, Ya veremos y Mi pequeño gran hombre.

Poco antes sembró el miedo con su papel de Mónica Robles en la serie El señor de los cielos.

Pero como su máximo miedo en la carrera, asegura, es estancarse, desde hace dos años persiguió el proyecto de terror "Mi cumpleaños favorito", ahora en posproducción.

Bajo la dirección de Agustín Oso Tapia (Club Eutanasia), en la historia filmada por completo en el Ajusco y Valle de Bravo, comparte créditos con Juan Ríos (El Chema), Iván Arana (La querida del Centauro) y la niña Valerie Saiz.

Juntos en la historia conforman una familia aparentemente normal y exitosa que vive un festejo que va transformándose en algo violento, en medio del bosque.

“La película muestra que el terror está en lo seres humanos y entonces no se necesita imaginar mucho, porque por desgracia los más bajos instintos están en las personas.

“Y estar metidos en el Ajusco, a las cuatro o cinco de la mañana, hace fácil darle a ello, no es un tipo de películas donde hay muchas cosas paranormales”, señala.

Su ingreso al proyecto fue tras haber platicado con el propio realizador, quien desconocía el trabajo de la actriz en comedias.

“Sabía de ella por El señor de los cielos, pero hasta ahí, comencé a ver su perfil y vi que cubría perfectamente el perfil físico que quería la historia”, recuerda el cineasta.

En "Mi cumpleaños" favorito habrá sangre, pero Castillo aún no puede revelar mucho por las condiciones del filme, que reserva sorpresas.

“Da giros, lo que parece una fiesta, termina siendo otra cosa”, apunta Castillo.

¿Da miedo ser un rostro taquillero?

Soy parte de un equipo. A lo único que tengo miedo es a estancarme y quedarme haciendo lo mismo porque siento el público me favorece ahí.

Pero tenemos la mala costumbre de comer tres veces al día...

(Risas) Sí, pero llevo 17 años desde que salí de la carrera y antes fui bailarina de teatro para pagar la renta.

Tal vez me acostumbré a que esta carrera no era de excesos sino de ahorrar. Me acostumbré a que era de a poquito esto. Quizá lo que ahora haga es elegir cada guión con ciertas características que me interesen

¿Has detectado que te paguen menos que a un hombre?

No soy mucho de estar averiguando eso, tal vez soy mal negociante, he tenido que aprender a venderme porque esto (la actuación) la haría gratis. No puedo pensar en dónde han pagado menos, porque nada más me daría coraje (risas).

¿Cuál ha sido el máximo miedo en tu vida?

Supongo que fue cuando empecé a estudiar actuación y se llega a clases esperando que alguien diga que no sirves para eso. Ese miedo continúa todos los días, que llegue alguien y te lo diga. Entonces, uno debe validarse consigo mismo.

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