Todo mundo está abandonando al productor Harvey Weinstein, acusado de acoso y abuso sexual en contra de actrices como Angelina Jolie, Eva Grene, Ashley Judd, Cara Delevigne, Gwyneth Paltrow, entre otras.

“Estoy profundamente devastado”, dijo Weinstein a Page Six, al revelar que su esposa Georgina Chapman se fue de la casa junto con sus hijas.

La Academia de Hollywood también evalúa qué medidas toma contra el productor Harvey Weinstein.

La Academia podría tomar diferentes medidas contra Weinstein, desde suspenderle como miembro hasta arrebatarle el Oscar a la Mejor Película que ganó en 1999 con Shakespeare enamorado. La opción del Oscar parece la menos plausible para los analistas de Hollywood, quienes aseguran que la expulsión de Weinstein ocasionaría un terremoto sin precedentes y supondría la condena más firme de Hollywood hasta ahora a los abusos sexuales.

La expulsión supondría un cambio en la Academia, que durante años defendió que los logros profesionales estaban separados de los escándalos y, por ello, había rechazado por ejemplo expulsar a Bill Cosby, acusado de abusos sexuales por hasta 60 mujeres. Tampoco expulsó a Roman Polanski, acusado de abusar de menores.

Otra que ha abandonado a Weinstein es su abogada, Lisa Bloom, quien era su asesora antes de que se conociera el escándalo. “Trabajar con él fue un error colosal”, dijo la litigante.

Pero al caso de Weinstein se agregó ayer el de Vanessa Márquez, actriz que acusó a George Clooney de haberla persuadido a que callara el abuso sexual que, asegura ella, sufrió mientras protagonizaban la serie ER. “Me dijo que las mujeres que no aceptaban el juego (del acoso) perdían su carrera”, escribió Márquez en Twitter. Clooney respondió a través de un comunicado: “En ER yo era un actor y sólo un actor. Si alguien le dijo a Vanessa que yo ayudé a que perdiera su carrera, le miente”.

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