Carlos Bardem, del llanto y la locura, a suegro del Cid

Para Rodrigo Díaz de Vivar, mejor conocido como Cid Campeador, el Covid-19 fue un enemigo a vencer y salió avante.

El militar castellano de fines del siglo XI sumó otra hazaña al terminar la serie que sobre su vida se realiza en España, teniendo como protagonista a Jaime Lorente (La casa de papel), quien a su vez tiene en el personaje de Carlos Bardem (El señor de los cielos) a su suegro.

“Se pudo reanudar y terminar hace unas semanas y es una versión actualizada del mito del Cid, vamos a verlo envejecer”, señala Bardem, quien da vida al Conde de León, padre de Jimena, la esposa del Cid.

“Lo que hay sobre todo es que hay una reconstrucción exacta, histórica, muy fidedigna, de lo que era la edad media europea, es una serie muy buena, de la que estoy orgulloso”, expresa.

El Cid será transmitida por Amazon Prime Video contando con 13 episodios; en su elenco también se encuentran Juan Echánove (Cuéntame cómo pasó) como el obispo.

A Bardem, también conocido por Club de Cuervos y Celda 211, le encanta la historia, carrera por la cual tiene una licenciatura.

Un día descubrió a Pedro Blanco Fernández de Trava, quien en el siglo XIX practicó la trata de esclavos y fue rey del comercio marítimo y la navegación.

Durante casi tres años se dedicó a documentar la vida del malagueño y decidió crear la novela Mongo blanco, que el año pasado ganó el Premio Espartaco a Mejor Novela Histórica que otorga la Semana Negra de Gijón.

“Lo que le propongo al lector es un diálogo con un monstruo, el mayor negrero de esa época y que te va dar sus argumentos; lo que quería ver es que pasa por la cabeza de un tipo como estos y lo pongo en un ambiente de locura, un manicomio, ya viejo”.

—Hay un momento en que Pedro, el personaje, le pide perdón al Pedro niño por lo que ha hecho... ¿te ha pasado algo así?

“Sí y ha sido una de las experiencias más sanadoras en mi faceta de actor. Haciendo el médico de La Gaviota de Chéjov de repente el maestro (de actuación) me para y me dice: ‘está bien, ve a esa silla vacía y ahora dile algo al niño que llevas negándote a apapachar’ y entré en llanto por mucho tiempo, después me dijo: ‘ok, está bien, ahora repite la escena y disfruta el momento’”.