Naucalpan es cada día más peligroso. Mientras en el resto del país las cifras por homicidio disminuyen, en este municipio del Estado de México la lista de muertes violentas se multiplica todos los meses.

Este 2015 la fuente policiaca no deja mentir: el lunes 13 de abril tres jóvenes fueron baleados y perdieron la vida en Valle Dorado; quince días después, en esa misma colonia, cuatro varones que se encontraban en una base de taxis fueron ejecutados; la última semana de julio fue asesinada una mujer que venía de sacar dinero en un cajero automático; el sábado 22 de agosto mataron a un vecino de la colonia Santa Cruz para robarle una camioneta; el lunes 24 de agosto tres personas fueron acribilladas por una intensa ráfaga de balas arrojada desde un automóvil; al día siguiente, provocó un gran escándalo el asesinato de una mujer, en la avenida Lomas Verdes, a quien también querían robar un auto; el lunes 26 de octubre, otra vez en la colonia Valle Dorado, fueron atacadas cuatro mujeres con armas de fuego y una de ellas, una joven de 24 años, perdió la vida.

Las protestas de los vecinos en contra de esta situación han servido de poco. A mediados de año se manifestaron vestidos de blanco en las Torres de Satélite para exigir a la autoridad protección y seguridad, y sin embargo nadie en el Palacio Municipal y tampoco en el gobierno estatal ha estado a la altura del reclamo.

El lunes de la semana pasada perdieron la vida cinco personas más, esta vez en la colonia San José de los Leones. Alrededor de las 8:30 de la noche un vehículo Chevrolet de color negro ocupado por cuatro personas ingresó a la calle Nochistlán. Los ocupantes bajaron las ventanas polarizadas del vehículo y dispararon con armas 9 mm en contra de seres humanos cuya única coincidencia era su condición de vecinos.

Cuatro de ellos se encontraban conversando en el número 44 y al quinto lo acribillaron frente al número 21, cuando inoportunamente quiso averiguar el origen de los tronidos que estaban sucediendo fuera de casa.

A pesar de la importancia del episodio, el Ministerio Público tardó cuatro horas en llegar al lugar. Y no lo hizo acompañado por un equipo forense, ni se interesó en recabar información para permitir una verdadera investigación.

Por increíble que parezca, la autoridad se presentó a las 12:30 de la madrugada en el vehículo de la funeraria que los familiares contrataron para levantar a sus muertos.

Los vecinos aseguran que en su barrio jamás había pasado nada así. No es cierto, como informaron algunos medios, que la masacre tuviera como motivo una riña entre bandas criminales.

La explicación que la policía compartió con los familiares de las víctimas apunta hacia otra dirección: las organizaciones delincuentes que operan en el Estado de México están reclutando jóvenes sicarios y una de las pruebas de ingreso que exigen es perpetrar el asesinato al azar de seres humanos inocentes.

Si se observan los homicidios ocurridos este año en Naucalpan, y también en otros municipios como Tlalnepantla o Ecatepec, puede constatarse que la tragedia de la colonia San José de los Leones tiene antecedentes.

El primero de ellos es la evidente incapacidad institucional del gobierno mexiquense y, en particular, la del municipio de Naucalpan.

Ante el crecimiento de esta ola de violencia resulta alarmante que los funcionarios ministeriales no sean capaces de presentarse en un lapso razonable de tiempo; igual de crítico es que omitan la investigación forense en la escena del crimen y peor, que no cuenten con vehículos propios para trasladarse ya que, según explicaron, son insuficientes las unidades radicadas en las instalaciones de Barrientos.

ZOOM: La violencia generalizada no encuentra su primer origen en la existencia de bandas criminales, sino en la ineptitud y la incapacidad de las autoridades. Naucalpan es una bomba de tiempo que habrá de estallar muy pronto en Toluca, donde despacha el gobernador Eruviel Ávila.

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@ricardomraphael

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