No quiero dejar pasar otro viernes sin escribir un poco más sobre la Liga MX Femenil. Me prestaron muy pocos caracteres en mi pasada participación y, aunque ya inició el torneo, resulta que hay mucho más que decir de ella, sobre todo del enorme reto que ha emprendido la Federación Mexicana de Futbol y el duro trabajo que tendrá por delante para poder cumplir los objetivos por los cuales esta Liga fue creada y que no nos quedemos con un “fue por obligación”.

Durante la última semana, he leído y escuchado todo tipo de opiniones sobre la primera Liga de futbol profesional femenil en nuestro país. La verdad, moría por contestar a varios personalmente, pero como diría mi abuelita: “calladita te ves más bonita”, y mejor callé, no por el miedo a debatir sobre el tema, más bien, no quería darle importancia a quienes con su gran esfera de cristal en mano han visualizado que este proyecto será un rotundo fracaso. No valía la pena.

La nueva integrante de la FMF debutó con el pie derecho; sí, con dos que tres detalles que seguramente se irán puliendo jornada a jornada. Lo más importante, sin lugar a duda, era dar el primer paso, y éste ya se dio. Más de 13 mil personas acudieron a los ocho partidos con los que arrancó el campeonato. Usted me dirá: “Paulina, entró más gente al Alfonso Lastras a ver al Atlético de San Luis” y yo le diría: “pues sí, pero son más de los que asistieron a ver al Puebla o al Necaxa”. Estoy de acuerdo en lo absurda de mi comparación, pero en este caso, sólo dos de de los ocho partidos se jugaron en los estadios correspondientes al equipo varonil: Pachuca y Morelia. El resto fue en las canchas donde entrenan los equipos de la Liga MX y ellas durante la semana, los cuales no tuvieron capacidad suficiente para poder albergar una mayor cantidad de seguidores. Por ello, para la segunda jornada, tres equipos se han sumado a Cruz Azul y Tijuana para dejar a un lado las sedes registradas y llevar a sus escuadras femeniles a jugar en la que también es su casa. Las directivas de León, Tigres y Veracruz abrirán las puertas de sus estadios para darle la formalidad que merece el proyecto.

Sí, no resulta tan interesante para todos, es coherente que algunos piensen que no es un modelo de negocio, que sólo terminará siendo una carga más para los equipos, que no existe mercado, que no es rentable y carece de potencial. Esto no sólo es algo que se piense nada más en México, esto también se pensó hace tiempo en otras latitudes y hoy es un modelo exitoso.

El futbol femenil, a pesar de no ser transmitido o publicitado, por no ser todo un espectáculo, ha elevado sus niveles de audiencia. En México, el primer partido de la Liga MX Femenil tuvo un alcance de casi 2.5 millones de personas, así que este “bodrio” como fue llamada la Liga, dará para mucho más. Será así cuando decidamos poner el ojo en la mira antes de poner el dedo en el gatillo y empezar a disparar.

futbol@eluniversal.com.mx

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