Las últimas noticias sobre los enfrentamientos militares en Siria revelan un cambio en la escena de las operaciones a la frontera sur y oriental, donde el gran desierto separa Siria e Irak.

El paso fronterizo Attanf entre los dos países en el sureste de Siria y cerca de la frontera jordana es controlado por fuerzas aliadas a Estados Unidos. Dos intentos de las fuerzas del régimen y sus aliados proiraníes de avanzar cerca fueron repelidos con la eficiente asistencia de la fuerza aérea estadounidense dentro de la alianza internacional. Tras el bombardeo de la columna que avanzaba, los aviones de combate estadounidenses lanzaron folletos advirtiendo a las fuerzas del presidente sirio Bashar al-Assad que se mantuvieran a 50 kilómetros del punto estratégico, trazando una línea roja sobre la arena del desierto para proteger a las fuerzas de oposición en esa zona.

El régimen no se disuadió, sus fuerzas crearon un nuevo camino más al norte que conduce a Irak, un objetivo estratégico iraní para mantener a Teherán conectado a Damasco y el Mediterráneo.

Por este movimiento el régimen socavó los planes de la oposición para avanzar al norte de la ciudad de Deir Ezzur, donde los terroristas del Estado Islámico están movilizando sus fuerzas para luchar su batalla final. La perspectiva estadounidense que se opone a la extensión iraní en la región supone la interrupción de sus rutas de suministro a Siria y Líbano. Los nuevos anuncios después de la visita del presidente Donald Trump a la región son una indicación clara de una nueva política americana hacia Irán.

Si la confrontación entre Estados Unidos e Irán no ha ocurrido todavía, hay muchos indicios de que ocurrirá en el futuro y en más de un lugar. Puede ser en Irán mismo después de la nominación de Mikel Dandria en la CIA para tratar con Irán. Es conocido como “ayatola Mike” y fue despiadado en sus misiones anteriores. El otro posible lugar de confrontación podría ser Irak, donde los iraníes han establecido su dominio a través de la élite política que vino de Irán después de la invasión estadounidense, y a través de las Fuerzas Populares de Movilización, una milicia sectaria dirigida y entrenada por Irán paralelamente al ejército iraquí. Los estadounidenses sienten una obligación y un derecho a tener una voz en la política de Irak después de todos sus sacrificios en ese país.

El tercer lugar de la disputa sería Siria. La creciente presencia militar estadounidense en este país no es para poner fin a la guerra y el sufrimiento sirio, sino para proteger el interés de la superpotencia en esa parte importante del mundo. Irán tiene que defender su inversión política, militar y financiera de largo tiempo allí. El cuadro es más complicado con la presencia y el papel rusos, y la protección de las fronteras israelíes de proxies iraníes. La tensión militar en la frontera entre Irak y Siria son los primeros síntomas de un verano caliente en esa región.

El Líbano es otra posible víctima de los planes estadounidenses contra la organización libanesa proiraní de Hezbolá. En sus esfuerzos por secar sus recursos financieros, el sistema bancario libanés estará bajo nuevas presiones, en un momento en que el país está luchando con los efectos de la crisis siria. Israel comparte los objetivos estadounidenses de debilitar a esta fuerza creciente que se convirtió en un actor regional durante la guerra siria. Israel sigue amenazando al Líbano, agregando más incertidumbre a una situación problemática.

La caída esperada de las defensas del Estado Islámico en Mosul y Raqqa, las dos grandes ciudades de la Jilafah, no está trayendo alivio a las condiciones sobre el terreno. Lo contrario está ocurriendo, debido a la competencia entre las partes en conflicto por heredar el territorio ocupado por la organización desde 2014. No hay solución política en el sitio para los tomadores de decisiones supuestamente en Siria e Irak o en las otras capitales alineadas con uno u otro lado del conflicto. Las condiciones para la formación de un nuevo grupo extremista todavía están allí. Las intervenciones externas están complicando la situación cada día más. La región es el campo de batalla entre las potencias extranjeras regionales e internacionales. El interés de la población está ausente de todas las agendas competidoras.

El autor fue embajador de Líbano en México entre 1999 y 2011
nouhad47@yahoo.com

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses