A Javier Hernández le regresó la sonrisa tras fichar con el Bayer Leverkusen de Alemania. El cambio era inaplazable, pensando en jugar más de lo que pudo con el Manchester United y el Real Madrid.

Una ventaja importante es que el reglamento le permite jugar partidos de Champions con el Bayer, dado que los dos encuentros que disputó con la camiseta roja de los Diablos Rojos contra el Brujas de Bélgica, correspondían a la etapa de playoffs del máximo torneo de clubes del planeta.

El ‘erbse’ (chícharo en alemán) suma la respetable cantidad de 68 goles en todas las competencias europeas en las que ha participado desde su llegada al viejo mundo en 2010. En su primera temporada marcó la friolera de 20 anotaciones. Todavía en el ciclo 2012-2013 consiguió 18 tantos, antes de bajar considerablemente su rendimiento y su producción goleadora. No logró sostenerse como titular con el ‘ManU’ y recaló en el Real Madrid, donde fue suplente también. Perdió la confianza y le cayó el ramalazo de su realidad dentro de un futbol extraordinariamente competitivo.

Javier es un hombre de área, un eje de ataque clavado que depende sobremanera de estar embalado para rendir. De lo contrario, se le puede ver demasiado errático y descoordinado. No es el mejor delantero que ha surgido en México, pero su voluntad inquebrantable, profesionalismo y capacidad para definir son sus mejores armas.

Prefiere seguir luchando en Europa, en lugar de tomar el camino fácil de enrolarse en el balompié de Estados Unidos, cosa encomiable. A los 27 años está muy a tiempo de reencontrarse con el gol y engordar su nada despreciable cuota de anotaciones.

Milagroso. Emilio Fernando Alonso, uno de los mejores narradores de futbol de los últimos 25 años, flamante contratación de ESPN, es un milagro de recuperación. Después de sufrir un derrame cerebral en 2005, ha logrado retomar la fluidez y el ritmo de sus excelentes narraciones.

Cayó en depresión y no quería ser visto en silla de ruedas, pero después de incontables terapias y contando con el soporte invaluable de su esposa Patricia Pineda, ahora puede movilizarse de mejor manera y llevar adelante su trabajo con normalidad.

El cronista guerrerense no es partidario del Atlas, como muchos aficionados piensan, sino de los Pumas del Universidad, el equipo con el que simpatizaba su padre, Fernando Alonso, recientemente fallecido. Admirador de Ángel Fernández, a quien imitó involuntariamente en su primera prueba como cronista ante una grabadora, definió después un estilo propio que es inconfundible, apoyado en una voz natural de locutor, gruesa, potente y bien timbrada.

Pasados 10 años de aquel duro episodio, tiene una conexión extraordinaria entre lengua y cabeza, articula perfectamente y narra partidos sin tropiezo alguno. Como si nada hubiera pasado. ¡Enhorabuena!

Impecable. Ya que hablamos de caballeros del futbol, Marc Crosas deslindó de toda responsabilidad al americanista Rubens Sambueza, quien le dio un leve empujón que derivó en una mala caída y la fractura del ligamento cruzado de su rodilla derecha durante el partido del sábado pasado en la cancha del Estadio Azul.

Con ese gesto, el barbado libra a Sambueza de una posible inhabilitación. En las escalofriantes repeticiones se ve como el jugador de origen catalán pierde la vertical, cae descompuesto y su rodilla se golpea seriamente contra la grama, al tiempo en que se le dobla dramáticamente el cuello.

“Este es un momento complicado, pero saldré fortalecido”, me decía hace unas horas a través de whatsapp. Crosas se ha caracterizado por su capacidad y profesionalismo dentro del futbol mexicano. Ojalá que muy pronto esté en condiciones de reaparecer. Buena falta le hará a este Cruz Azul de Sergio Bueno que, sin jugar del todo mal, tiene unos números lamentables en el torneo.

heribertomurrieta65@gmail.com

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