La PGR comenzó a reaccionar a la andanada de críticas que desató en su contra el informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes, GIEI, sobre los hechos ocurridos en Iguala los días 26 y 27 de septiembre de 2014. La dependencia encabezada por Arely Gómez comenzó a mover sus piezas esta semana en un intento de oponer nuevos datos al informe firmado por el perito en incendios e investigador de la Universidad de Queensland, José Torero.

Torero aseguró que no era posible que a los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa que desaparecieron esa noche los hubieran quemado en el —famoso y controvertido— basurero de Cocula.

“No es posible. No hay ninguna evidencia de que en ese lugar haya habido un incendio de la magnitud necesaria para incinerar inclusive un solo cuerpo”, señaló el experto, luego de realizar una visita “para conocer la geometría del basurero y ver los daños generalizados”.

Tras una semana de golpeteo intenso, en el que se dijo que el informe de Torero derribaba “ante los ojos del mundo” la supuesta “verdad histórica” del ex procurador Murillo Karam, la PGR autorizó al doctor Enelio Torres-García, uno de los expertos del Instituto Mexicano del Petróleo que habían participado en el peritaje oficial, a presentar su propia versión ante los medios.

Y digo “autorizó”, porque hasta hace unos días el doctor Torres-García rehuía cualquier tipo de acercamiento con la prensa. Al autor de esta columna le dijo, textualmente, que no estaba autorizado a hablar.

La PGR le levantó de pronto la prohibición. El reportero Rubén Mosso llegó hasta el doctor y logró entrevistarlo. Torres-García, premio nacional de la Academia de Ciencias de Cuba y experto en procesos térmicos, le dijo que el informe de Torero tenía “desatenciones” y que si fuese un artículo científico… sería rechazado por cualquier revista especializada.

El experto sostuvo que Torero había cometido un error fatal al hacer sus cálculos, porque la noche del 26 al 27 de septiembre la dirección del viento no fue de sureste a noroeste, como afirma el perito peruano, sino de “3.2 kilómetros en dirección noreste” (hay que recordar que Torero sostuvo que la pira habría provocado un incendio forestal en Cocula).

Luego de checar “la topografía, la geografía local y la factibilidad de los eventos térmicos que se pueden generar cuando quemas o combustionas algún tipo de residuo material en cuerpos humanos”, Torres-García concluyó que sí era factible que un incendio de magnitud hubiera ocurrido en Cocula.

El segundo movimiento, la PGR lo realizó ayer, en plena tarde de 16 de septiembre, con hora y media de retraso, y con la presencia de los más altos mandos de esa dependencia: nueve funcionarios en total, entre ellos Tomás Zerón de Lucio (director de la Agencia de Investigación Criminal y encargado de la investigación que determinó que, si no todos los normalistas, un gran número de ellos fue quemado en el basurero de Cocula).

En una conferencia de 15 minutos, poblada de tropezones, y sobre todo, de tecnicismos que ni a ella misma parecían decirle nada, la procuradora Gómez informó que uno de los fragmentos óseos extraídos de una bolsa hallada el 29 de octubre de 2014 (y de cuya limpieza se encargaron peritos de la PGR y del Equipo Argentino de Antropología Forense), los cuales fueron enviados para su análisis a la Universidad de Innsbruck, podría pertenecer a un segundo normalista desaparecido en Iguala: Jhosivani Guerrero de la Cruz.

Según el reporte, leído íntegro por la funcionaria, la muestra coincidió con el material genético de la madre de Jhosivani: las pruebas practicadas en Innsbruck arrojan un 72 por ciento de posibilidades de que dichos restos sean los del normalista apodado El Coreano.

El documento llegó a la PGR el 15 de septiembre. Antes de ser dado a conocer a los medios fue presentado al Equipo Argentino de Antropología Forense. Se acordó que sería leído por Gómez de manera íntegra, para que no se alegara que la información se había sacado de contexto.

Desde luego, más tardó en ser leído que descalificado: el informe de Innsbruck, dice el vocero de los padres de los 43, tiene como fin desvirtuar el informe del GIEI.

Lo cierto, hasta ahora, es que una universidad austriaca acaba de confirmar “moderadamente” que al menos dos estudiantes fueron incinerados. Vayamos sacando conclusiones.

@hdemauleon

demauleon@hotmail.com

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses