De nueva cuenta nos han mostrado que esta Selección Nacional tiene enormes carencias estratégicas de un hombre empeñado en demostrarle al mundo que su método —ese de las rotaciones—, es su principal fortaleza.

Juan Carlos Osorio volvió a hacer un papelón en un partido de trascendencia dentro de su proceso. Ha jugado dos de estos encuentros (el otro fueron los cuartos de final ante Chile en la Copa América Centenario), y en lo dos ha sido goleado, vapuleado, ridiculizado por sus rivales.

Este 4-1 ante los alemanes ha sido otro golpe directo a la dignidad del futbol mexicano que trataba de levantarse, de ilusionarse después de lo ocurrido hace poco más de un año en Santa Clara, California.

Osorio llegará al Mundial, pero lo hará debilitado después de estos resultados en partidos que realmente marcan la pauta para cualquier entrenador.

Incomprensible no ver a Carlos Vela como titular en este partido, cuando se trata de uno de tus mejores futbolistas en la actualidad. Increíble viajar a este torneo con un solo mediocentro y ser tan necio como para no darse cuenta que a Héctor Herrera lo rebasa esta posición. Lo mismo lo que sucedió con los laterales, y como ejemplo Oswaldo Alanís por la zona de la izquierda. Todo eso es responsabilidad del entrenador.

Pero los futbolistas también tienen parte de responsabilidad, ahora en una nueva versión de los ratones verdes, espantados, confundidos y como siempre sucede, sobrevalorados por medios que los ensalzan, en lugar de hacer una evaluación adecuada, un análisis de lo que sucede realmente en la cancha.

Es una lástima que hayan desperdiciado esta oportunidad de superar sus fracasos y sus miedos. No pudieron, volvieron a caer en el pánico y a ser una caricatura y gracias a que los alemanes se lo tomaron con calma, no vino otra de esas goleadas que hubieran cimbrado la silla del técnico nacional.

Se cumplieron algunos objetivos, sí, pero la desilusión es gigantesca porque Osorio pareciera no haber aprendido de los errores del pasado y siguió siendo igual de obstinado con su forma para obtener resultados idénticos a sus antecesores. Así que por más método y por más discurso que tenga, no ha avanzado más que otros personajes que han estado en ese puesto.

Ahora México jugará por el tercer lugar ante Portugal en un partido sin importancia y que ni siquiera debería existir. Osorio tendría que meterse de lleno al trabajo con el equipo de la Copa Oro para evitar otro de estos papelones como el que ayer vivió ante Alemania y como hace más de un año vivió ante los chilenos por ese empeño de demostrar que tiene la razón.

@gvlo2008
gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx

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