París será a partir de hoy un referente histórico en la gestión climática global. Después de 23 años de diplomacia ambiental, finalmente se logró un acuerdo verdaderamente ambicioso, con metas claras de largo plazo, que incorpora compromisos diferenciados de acción para cada uno de los 195 países que conforman la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático.

La presencia inicial de más de 150 jefes de Estado avala el Acuerdo de París emanado después de dos semanas de trabajo de los 50 mil participantes acreditados ante la COP21. Un apoyo nunca antes visto en algún evento de la ONU, que permitió que, bajo la presidencia del gobierno francés, se lograra un acuerdo internacional que esperemos salve al Planeta de un aumento de temperatura de consecuencias impredecibles e irreversibles.

La presencia de jefes de Estado y personalidades de alcance mundial en Le Bourget, sede de la convención climática, fue también un gesto de solidaridad para el pueblo francés ante los ataques de barbarie ocurridos hace un mes.

El objetivo del Acuerdo de París es lograr que la temperatura promedio del Planeta se mantenga muy por debajo de dos grados Celsius, haciendo el esfuerzo de evitar un escenario de 1.5 grados de aumento. Ya la Organización Meteorológica Mundial (WMO) nos alertó que la temperatura promedio de este año será un grado superior a lo registrado históricamente y que esta circunstancia está asociada al fenómeno de El Niño, un evento cíclico cuya severidad originó el huracán Patricia, con velocidades de viento de 325 kilómetros por hora, muy por arriba de cualquier escala de medición.

Un Niño permanente. El límite original de dos grados centígrados acordado en 2010 en Cancún no era probabilísticamente seguro, particularmente para los países insulares y los países que como México poseen planicies costeras susceptibles de ser inundadas por la elevación del mar. Científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) indican que un incremento de esta magnitud ocasionaría un Niño permanente en la región ecuatorial del Planeta, aumentando sensiblemente la frecuencia e intensidad de los huracanes.

Para evitar un grado y medio más de temperatura, el Planeta requerirá de que las emisiones derivadas por la quema de combustibles fósiles a nivel global alcancen un pico máximo lo más pronto posible, antes del año 2030, cuando den resultado los acuerdos tomados. Igualmente requiere de que la totalidad de las emisiones de gases de efecto invernadero se neutralicen en la segunda mitad de este siglo, mediante las remociones de carbono en sumideros naturales o industriales.

Descarbonización. Lo que se ha establecido en París es una ruta de descarbonización profunda de la economía global con una gradualidad quinquenal. La mitigación y la adaptación son reconocidas a la par como retos globales que requieren acción. A partir del 2023, cada cinco años haremos una evaluación del alcance de nuestras acciones, sabiendo que necesitamos incrementar nuestra ambición.

Un rasgo particular de este acuerdo es que incorpora de manera expandida el respeto a los derechos humanos, buscando la equidad de género e intergeneracional. Mención especial hay a los derechos de los pueblos indígenas. México solicitó que la ONU dedicara esfuerzos a la creación de sistemas de alerta temprana, pues el primer derecho de la población es el de saber de manera inmediata si su vida corre peligro. Esta propuesta quedó incluida en el Acuerdo.

El soporte financiero de los países desarrollados quedó plasmado dentro del conjunto de decisiones operativas de la COP21. Se logró mantener el monto inicial de 100 mil millones de dólares anuales, como cifra de partida en el año 2020 y como aportación continua hasta el 2025, año en el que se definiría una nueva meta cuantitativa dependiendo de las necesidades y prioridades de los países en desarrollo.

El Mecanismo de Tecnología, creado en Cancún, contará con nuevas reglas que buscarán acelerar la innovación y la transferencia masiva de tecnologías de bajo carbono hacia los países en desarrollo. En México, la Reforma Energética nos permitirá aprovechar este nuevo marco de promoción para acelerar transición hacia energías limpias.

Como nunca antes, de París surge un nuevo clima entre las naciones, un clima de solidaridad donde tenemos claridad de objetivos y una voluntad política y social expresa por salvar nuestro único Planeta. El acuerdo de París nos pondrá todos a trabajar en la agenda ambiental y del clima, todo el tiempo.

Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat)

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