8 de mayo de 1970

Cámara en mano acompañaba yo, casi siempre, a Salvador Elizondo a las diversas actividades culturales a las que asistía en los años 70. Aquí lo capturé sonriendo con Rosario Castellanos, cosa que era inevitable por la simpatía y buen humor que a ella la caracterizaban.

Salvador Elizondo escribe

9 de mayo de 1970. Sábado (…) Ayer en la noche fuimos a la lectura de Rosario Castellanos en la Librería Universitaria. Unos poemas espléndidos y unas traducciones magníficas de St. John Perse. Me ha gustado siempre el nivel de sensibilidad de esta mujer. Recuerdo hace como siete u ocho años que salió su otro libro, Lívida luz, me regaló el libro, del que leyó ayer “Materia memorable”, con una dedicatoria muy elogiosa. Siempre me ha caído muy bien Rosario.

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