Sometimiento (II)

En mi artículo anterior, 10 de marzo, analizamos la reunión del vicepresidente de Estados Unidos, Biden, y Peña Nieto, “Dialogo Económico de Alto Nivel” (DEAN) y su “Declaración Conjunta 2016” como la profundización de la estrategia del ASPAN para someter los intereses energéticos de México a los de Estados Unidos (EU). Peña reconoció nuestra integración, subordinada, y Biden recordó a Peña: “Usted asumió el cargo comprometiéndose a una reforma que trataba de efectuarse por décadas”, o sea la energética, lo que Peña siempre negó a los mexicanos. Puntualizamos dichos acuerdos.

Los acuerdos del DEAN “se trabajan” en “Consejos” de funcionarios de ambos países con empresarios de “alto nivel” y sus cabilderos, que toman decisiones y acciones que comprometen a México: “Consejo de Negocios de Energía México-Estados Unidos”, “Comité Ejecutivo Bilateral para la Administración de la Frontera” (CEB), “Foro Bilateral sobre Educación Superior, Innovación e Investigación” (FOBESII), “Consejo de Alto Nivel para la Cooperación Regulatoria” (CCR) y “Consejo México-Estadounidense para el Emprendimiento y la Innovación” (MUSEIC), varios de ellos creación Obama-Peña. En esta ocasión el DEAN tuvo tres reuniones. La primera, del “FOBESII”, para el tema “fuerza laboral”, presidida por la subsecretaria de Estado norteamericano, Jacobson y los secretarios Ruiz Massieu y Nuño. La segunda, del “MUSEIC”, para presentar un mapeo de clústeres (empresas de un sector industrial agrupadas en colaboración estratégica para obtener beneficios comunes), con información estadística, geográfica y comercial para identificar sectores mexicanos estratégicos de interés para EU. La tercera reunión fue con “actores relevantes”: empresarios y sus cabilderos para recibir sus propuestas sobre energía, fuerza laboral y fronteras. La segunda y tercera reuniones fueron presididas por el secretario de Economía, Guajardo, y el de Comercio de EU, Pritzke. Sus acuerdos fueron: formalizar ese “Consejo de Negocios de Energía”, negocios norteamericanos en la privatización de la energía mexicana. Convocar a expertos extranjeros para definir la reglamentación de proyectos concretos de petróleo y gas. Compartir información energética mexicana, bajo la tutela del Banco Mundial. Control de las fronteras, mediante el mencionado “CEB” para impulsar proyectos —públicos y privados— de infraestructura fronteriza, para asegurar la “integración”, hasta 300 kilómetros de la frontera hacia México y sólo 100 km de la frontera hacia EU, apoyados por el Banco de Desarrollo de América del Norte, fondeado a mitades por México y EU hasta 3 mil millones de dólares. Desarrollar “fuerza laboral” para la operación de la industria energética mexicana, con intercambios educativos, de investigación y de profesionistas, en torno al mencionado “Foro Educativo”. Homologar la regulación de la industria energética, mediante el mencionado “CCR”, que convocará a expertos extranjeros a definir los reglamentos y procedimientos de dicha industria, comprometiendo a las autoridades energéticas mexicanas a implementarlos. El Departamento de Estado de EU, “integrando” Sener y Semarnat, supervisará la venta mayorista del mercado mexicano en electricidad, infraestructura y gas natural. Se define un Liderazgo Regional y Global, de EU, apoyado en el BID, con México como instrumento para que EU “integre” la energía de Centroamérica, utilizando nuestra infraestructura. Implementar reuniones con empresarios y sus cabilderos, de la academia y “sociedad civil”, para recoger iniciativas que contribuyan a los objetivos del acuerdo integracionista.

Se acordó, en suma, la entrega, no solo de la energía mexicana, sus recursos e infraestructura, incluso su operación a los intereses energéticos de EU, bajo el concepto “integración”, y se comprometen, no sólo la economía, sino nuestra soberanía, a través de “Consejos” oligárquicos, pasando por encima del Congreso y de nuestra legislación vigente, ocultando a la Nación, las concesiones. Acuerdos abiertamente inconstitucionales.

Senador de la República