México no puede ocultar que tiene rezagos en materia de salud, pero en los últimos años el trabajo de prevención ha frenado importantes riesgos. Baste recordar 2009, con la influenza: a pesar de que hubo víctimas fatales, la situación no alcanzó los niveles que se habían dado en Asia, cuando Hong Kong se enfrentó años antes a la epidemia del Síndrome Respiratorio Agudo Severo.

Para este 2015 el riesgo lo representaban tres enfermedades: dengue, chikungunya y zika, y en las tres hay resultados positivos.

Ante el dengue, México ha registrado 16% menos casos en comparación con 2014 y en 2016 se convertirá en el primer país en prevenir la enfermedad por medio de una vacuna, con lo que se pretende abatir la cifra de 19 mil mexicanos que enfrentan el mal, que ha llegado a causar la muerte en situaciones graves.

El chikungunya, una enfermedad cuyas manifestaciones más frecuentes son fiebre de inicio súbito, dolor en las articulaciones —al grado de impedir la movilidad en casos extremos— cefalea y dolor de espalda, ha afectado hasta este mes a poco más de 11 mil mexicanos. La enfermedad por el momento está contenida sin riesgo de que se generalice.

En este año se difundió de manera masiva la campaña contra el chikungunya, pero las acciones comenzaron a planearse desde hace 18 meses cuando en junio de 2014 se realizó en Tapachula, Chiapas, el foro sobre alerta y preparación ante la eventual llegada del virus.

La nueva amenaza es el zika, similar a las enfermedades anteriores —causada también por el mosquito Aedes Aegypti—, que empieza a aparecer en la República; por ahora sólo hay dos casos confirmados: uno en Nuevo León y otro en Chiapas. La experiencia ganada con el dengue y chikungunya debe servir para que aquel virus cause el menor daño a la población.

Además del desarrollo económico y social, un país debe tener en cuenta el bienestar físico de sus habitantes. La salud, como la educación, es esencial para toda nación; cualquier gobierno debe sentirse satisfecho si ha cumplido esos aspectos.

La prevención será siempre el factor primordial para evitar cualquier riesgo de epidemia, y en ello la coordinación que encabecen las autoridades de salud es decisiva para el éxito o fracaso de las medidas. Pero tan importante como lo primero es el acompañamiento de la sociedad, cumpliendo con las recomendaciones difundidas. En México ha quedado demostrado que la prevención funciona y es la ruta que debe elegirse para contener y erradicar otros males, no hay que apartarse de ella.

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