El subsecretario de Hacienda, Fernando Aportela Rodríguez, dio a conocer que hay una iniciativa que propone transformar al Pensionissste en una institución financiera pública, separándola administrativamente del ISSSTE, para constituirse en una entidad paraestatal financiera distinta al Afore XXI, en la que el IMSS tiene participación accionaria con Banorte (Entrevista en Radio Fórmula).

En 2007, la nueva Ley del ISSSTE determinó que la administración de las cuentas individuales de los trabajadores al servicio del Estado se llevaría a cabo en forma exclusiva por un órgano llamado Fondo Nacional de Pensiones de los Trabajadores al Servicio del Estado, Pensionissste, que no es técnicamente una afore, aunque realiza las funciones de éstas, en el que debían estar representadas las organizaciones de los trabajadores en forma paritaria en la comisión ejecutiva del mismo. Además hubo un plazo de un año para constituirlo y realizar el traspaso de las cuentas individuales. En este proceso apoyó el Banco de México.

El número de cuentas individuales que inicialmente recibió este órgano público desconcentrado del ISSSSTE era considerable por la exclusividad mencionada y el monto de los recursos administrados la convertía en líder en el sistema. Sin embargo, su funcionamiento estaba supeditado a la normatividad del ISSSTE y su margen de maniobra era reducido, toda vez que las decisiones relacionadas con la gestión y el régimen de inversión, entre otros aspectos operativos, debían ser aprobadas por la Junta de Gobierno, lo que limitaba el tiempo de respuesta en un mercado muy dinámico, integrado por instituciones financieras como lo son las AFORES.

En el artículo vigésimo transitorio de la nueva Ley, se consideró que dicha exclusividad tendría un plazo de 3 años contados a partir de la creación del Pensionissste y a su vencimiento los trabajadores del Estado podrían ejercer su derecho a elegir la afore que más conviniera a sus intereses. A partir de este momento, también se permitió al Pensionissste a recibir cuentas individuales de trabajadores cotizantes al IMSS o independientes.

En atención a lo anterior, la estrategia del Pensionissste para conservar y, en su caso, aumentar su cartera de cuentas fue repartir el remanente de la operación entre las mismas aumentado con ello el saldo en favor de los trabajadores. Esta estrategia permitió a este órgano desconcentrado dar el mayor rendimiento del mercado en varias de las siefores que administra.

Paradójicamente, el traslado de las cuentas individuales del Pensionissste a las afores fue considerable debido, entre otras causas, a que el servicio y la comercialización no eran eficientes, es decir, los agentes promotores no eran eficientes en atraer nuevos “clientes” o, en su caso, conservarlos por las complicaciones de la normatividad administrativa para contratar este tipo de servicio, que requiere de flexibilidad en el manejo de los agentes, un esquema de pago de comisiones que incentive a quien que afilie más trabajadores y rapidez en la creación de sucursales.

Lo anterior, demostró que la selección de una afore puede tener una racionalidad distinta al criterio de mayor rendimiento (intereses generados menos comisiones), que supuestamente es el correcto, y se presentó el fenómeno que había trabajadores que trasladaban su cuenta individual de una entidad que daba mayor rendimiento a otra que tuviera uno menor. Este es uno de los puntos que debe corregirse con una reforma legislativa y limitar el derecho a elegir de los trabajadores cuando el traspaso se pretenda realizar en las condiciones señaladas, ya que en ese supuesto sólo se benefician a los agentes que obtienen una comisión y pierde el propio trabajador.

En ese panorama es comprensible que la propuesta de metamorfosis del Pensionissste se haya incluido en el paquete económico del 2016. Este cambio no afecta a las cuentas de los trabajadores, pero habría que hacerse la reflexión si los objetivos buscados, mayor flexibilidad administrativa y competitividad en el mercado, se pueden lograr con la conversión a una entidad financiera bajo el modelo sociedades nacionales de créditos, no sujetas a la Ley Federal de Entidades Paraestatales, o conviene asociarse con alguna institución financiera, tal y como lo hizo el IMSS. Eso debe ser la parte medular del debate.

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