Populismo o extractivismo

Desde su último Informe de Gobierno el presidente Peña ha decidido constituir al “populismo” como un enemigo o, al menos, como un antagonista. En el contexto del país eso tiene clara dedicatoria. Ahora parece que los priístas han decidido que mejor se anticipan al 2018, no vaya a ser que se les adelante un “populista”, un candidato o candidata que les gane la batalla. Se puede entender la lógica interna. Pero, fue un exceso llevar ese discurso al foro de las Naciones Unidas en Nueva York, cuando el problema internacional que tensiona el escenario es la guerra en Medio Oriente y el Estado Islámico, por supuesto que no se trata de un problema de populismo.

Unos días después de la ONU Peña lanzó desde Tapachula, Chiapas, donde gobierna su aliado verde, el proyecto de las Zonas Económicas Especiales (ZEE), una iniciativa de ley y una inversión que rondará los 115 mil millones de pesos para los diez estados más pobres del país. Después de revisar la iniciativa de ley puede quedar la impresión de que finalmente ha madurado un proyecto de desarrollo para una región de México en donde se concentra la pobreza. Sin embargo, surgen muchas dudas de que en realidad se trate de otro proyecto extractivista, en donde ganarán las grandes empresas y las comunidades seguirán al margen de los beneficios. La sospecha no es gratuita, ya existen a lo largo y ancho del país amplios territorios concesionados a compañías mineras nacionales y extranjeras, que extraen riqueza sin que generen desarrollo o distribuyan beneficios. Algo similar sucede ahora con el petróleo y las rondas de asignación para el gran capital.

Para este gobierno su proyecto pasa por el extractivismo, es decir, por lo que algunos autores han planteado como un vuelco de México “hacia la industria extractiva para su estrategia de desarrollo, especialmente hacia la minería (…) para compensar la falta de dinamismo en la manufactura y en la extracción y producción de petróleo (…). Habiendo cedido más de la cuarta parte del territorio a compañías trasnacionales para sus operaciones de exploración y extracción, el gobierno ha otorgado a estas compañías la libertad y la oportunidad de generar enormes ganancias sobre sus inversiones y transferir estas ganancias fuera del país” (El Neoextractivismo, de Henry Veltmeyer y James Petras, p. 35). El proyecto ZEE parece formar parte de esta lógica de desarrollo extractivista. Con enormes facilidades e incentivos para la inversión, se puede prever que vendrán grandes inversiones en estas zonas, pero lo que queda en duda es el beneficio de las comunidades pobres del sur de México, porque lo único que tienen son recursos naturales: bosques, minerales, agua. En ninguna parte de la ley aparece la mínima obligación de establecer acuerdos con las comunidades.

Mientras se desarrolla y profundiza una lógica extractivista, el presidente Peña está decidido a dar la batalla ideológica en contra de cualquier otro tipo de proyecto de desarrollo para el país. El enemigo es el “populismo”. En la ONU dijo: “Con las crecientes desigualdades, con una crisis económica mundial que no cede y con una frustración social que esto provoca, el mundo de hoy está expuesto a la amenaza de los nuevos populismos. Nuevos populismos de izquierda y de derecha, pero todos riesgosos por igual”. Y remató, que los populistas se aprovechan del miedo para sembrar “odio y rencor”. Insistió en que se deben respetar los derechos humanos, a los migrantes y a las mujeres, es decir, todo lo que su gobierno no hace en México.

El “populismo” tiene muchos referentes, todos forman parte de debate ideológico. Fue Ernesto Laclau, autor de uno de los mejores libros sobre el tema (La razón populista), quien planteó que el populismo no tiene “unidad referencial porque no está atribuido a un fenómeno delimitable, sino a una lógica social cuyos efectos atraviesan una variedad de fenómenos. El populismo es, simplemente, un modo de construir lo político”. Discutir los conceptos tiene sentido cuando se trata del debate entre proyectos de país, lo demás es parte de la mercadotecnia política. El país necesita entrar a este debate porque es el futuro, y ya llegó…

Investigador del CIESAS

@AzizNassif