Don Samuel tiene 68 años, nació en Culiacán, Sinaloa , pero desde hace tres terminó viviendo en una casa situada en el condado de San Diego –California-, a unos 45 minutos de la frontera que divide México de Estados Unidos ; pero la distancia que hay entre su hogar y el suelo azteca no evitó que madrugara para viajar hasta Tijuana para que este primero de julio participe en las elecciones presidenciales.

Se despertó a las 5 de la mañana. Casi siempre abre los ojos después de las ocho, pero este domingo no le costó mucho trabajo despabilar su mente, bajarse de la cama y alistarse para subirse a un vehículo que lo trajo a la esquina del país, en donde, dicen, inicia y termina la patria: Tijuana.

Don Samuel, un hombre de cabellos blancos que usa bastón llegó solo a una de las 37 casillas especiales que fueron instaladas en Baja California, 18 de ellas en el municipio fronterizo. Aunque llegó poco después de las 9 de la mañana le tocó después del número 150 en la fila, y detrás de él una fila con más de 200 personas le seguían.

Es la primera vez que vota en una casilla especial. Alguna vez lo hizo en Culiacán donde vivió gran parte de su vida y otra tanta en Tijuana, pero aun con la dificultad de llegar prefirió moverse y organizarse para no faltar a su cita con la urna.

“Queremos un cambio para México, queremos un Estado de Derecho , nuestro país es riquísimo y al mismo tiempo es el más pobre en casi todo, dinero y educación. Venir aquí es mi responsabilidad no puedo hacer otra cosa por mis hijos y mis nietos más que heredarles el don de luchar por lo que uno cree”, dijo el hombre mientras esperaba que avanzara la fila.

Como él otros cientos esperaban su turno para votar, hasta las 10:30 de la mañana ya había más de 300 personas según algunos de los funcionarios de la casilla especial 0881, en donde había 750 boletas electorales en total.

“Estamos buscando donde votar”, dijo Hugo Grijalva, un joven católico que preguntaba entre el mundo de gente si conocían alguna otra casilla para alcanzar un lugar, “no sabemos dónde más hay casilla, aquí yo creo que ya no alcanzamos”.

El problema con Hugo, es que con él había otros 45 jóvenes provenientes de otras 15 ciudades –La Paz, Loreto, Nogales, Guadalajara, Tlaxcala y otras- que viajaron a Tijuana para asistir a un Retiro Nacional Católico, en Tecate, pero antes de partir hacia ese municipio ubicado a unos 40 minutos, decidieron parar a que los muchachos pudieran votar.

“Somos un movimiento juvenil, es importante para nosotros hacer lo que creemos es correcto. Nosotros no solo formamos líderes católicos sino gente comprometida con su comunidad, buenas personas que se preocupen por lo que pasa en el país”, dijo una de las líderes Heblin Carballo.

La asistencia en otras casillas especiales ha sido fluida. En sitios como el Centro Cultural Tijuana (CECUT) también hubo cientos de personas, incluso el gobernador Francisco Vega de Lamadrid, consideró que el número de boletas no será suficiente para la cantidad de gente que se dio cita en este tipo de casillas.

“Yo ni dormí, me fui de fiesta y terminé en la madrugada”, dijo Ismael Rodríguez, un joven mexicano que vive del otro lado de la frontera, que con enormes ojos rodeados de morado y cubiertos con gafas negras, no faltó a votar, “soy mexicano es mi país y me interesa lo que pasa en él, estoy aquí por primera vez porque creo que hay esperanza, vivo allá del otro lado del muro pero siempre pienso en México”.

akc

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