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A los 15 años de edad, Fabiola Ramírez transformó un desafío en una oportunidad y —con el apoyo incondicional de sus padres— encontró en el deporte la fuerza para enfrentar su discapacidad.
Desde entonces, cada brazada ha sido un sentido homenaje a su familia, el motor que impulsa cada una de sus victorias, las cuales han sido incontables dentro del terreno internacional.
“Por mi discapacidad, me recomendaron que —por el resto de mi vida— hiciera ejercicio. A mi padre, le inspiró ver a otros atletas con discapacidad practicar deporte y él me llevó al Centro Paralímpico Mexicano. Lo vio como una oportunidad para combinar la escuela y la natación”, comentó la hoy estrella.
La medallista de bronce en Tokio 2020, quien ha inspirado a muchos jóvenes a iniciar una carrera deportiva, habló de la importancia del respaldo familiar y la labor de acompañar a los hijos en cada sueño.
“La familia es un pilar para el desarrollo de cualquier persona. Es importante apoyar los sueños de los hijos; muchas veces, los padres se inspiran en experiencias de su pasado y así encaminan a los menores. Invito a los padres a impulsar, a estar al lado y caminar de la mano”, aseguró, con base en su experiencia.
Con el bagaje ganado en cada competencia, Ramírez recordó su primera participación en la máxima justa deportiva, que le hizo entender que cada sacrificio tiene su recompensa al representar a México.
“Llegar al alto rendimiento me impactó y me llenó. Tuve competencias internacionales muy rápido y llegué a mis primeros Juegos Paralímpicos, con 18 años de edad. Fue un reto y no tenía la madurez para asumir una responsabilidad tan grande. Es como una graduación, una experiencia inolvidable”, finalizó, con un tono de gran emoción.
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