La conferencia había terminado. Floyd Mayweather Jr. mantenía una plática con Mauricio Sulaimán, quien le enseñaba el cinturón que mandó a elaborar el CMB para la pelea.

Una voz arrancó la tranquilidad con la que Mayweather habló con los medios. El reportero Alex Deehl hizo voltear a Floyd.

“Te ves muy cómodo con el cinturón, no te vayas a llevar una sorpresa”, vociferó Deehl.

Mayweather respondió que no le importaba de qué país es originario Alex, pero que el iba a ganar y caminó a la orilla del estrado. Apuntando con su índice izquierdo le preguntó su nombre: “¿Cómo te llamas?”.

“Mi nombre es Alex”, contestó el responsable de un blog de artes marciales mixtas.

“Bien Alex, te espero el sábado después de la pelea para que vengas a decirme lo mismo”, exclamó el boxeador custodiado por su equipo de seguridad.

Fueron 25 segundos en los que el peleador perdió la forma, tiempo en el que un comentario aderezó una tarde de sobriedad.

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