Se incumplió la expectativa que analistas de políticas culturales y exdiplomáticos tenían para que la videoconferencia de prensa “Nuevas capacidades para el sector cultural de México en perspectiva internacional”, a cargo de la Secretaría de Cultura, esclareciera los esquemas que asumirá la dependencia en su agenda de cooperación cultural internacional tras la desaparición de la Dirección General de Asuntos Internacionales (DGAI) en el Reglamento Interior que se publicó el pasado 22 de julio en el Diario Oficial de la Federación (DOF). El encuentro quedó en un informe sobre la naturaleza de la Dirección General de Formación y Gestión Cultural, con la exdirectora del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), Lucina Jiménez, al frente.
“La Secretaría de Cultura anunció un tema e informó de otro. La expectativa era que clarificara si, en efecto, la Dirección de Asuntos Internacionales de la propia SC duplicaba las funciones de la Dirección de Asuntos Culturales de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Ese tema no se abordó sino hasta el final, de manera colateral, y acerca de lo cual Lucina Jiménez dijo que no tenía la competencia para abordar el asunto, lo cual, por lo demás, es cierto”, abunda Gerardo Ochoa Sandy, quien fue agregado cultural en las embajadas de México en República Checa y Perú.
La secretaria de Cultura, Claudia Curiel explicó, en una entrevista que dio recientemente para Canal 22, que “dentro de las discusiones fundamentales en el sector cultural es el tema de economía cultural, economía creativa. Habrá ya una dirección que trabajará con vinculación de los estados, dedicada al tema que trabajará transversal con la Secretaría de Economía; mismo caso, cooperación internacional, no desaparece Asuntos Internacionales si como una dirección general porque ya está Relaciones Exteriores, no vamos a duplicar y ellos ya también tienen su dirección de diplomacia cultural”.
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Ochoa Sandy agrega: “Ese es un tema que planteó la Secretaría de Cultura. Lo que se ofreció el día de hoy fue más bien una mesa, una conferencia de prensa sobre el proyecto de Lucina Jiménez con algunos invitados especiales acerca de su dirección de gestión y formación cultural. Eso fue de lo que fuimos informados”.
Si bien Edgardo Bermejo, exagregado cultural en la República Popular China, ve como un acierto que Lucina Jiménez se encuentre al frente de la iniciativa (uno de los ejes de la rueda de prensa fue la presentación de la Plataforma México para formación y gestión cultural, que en dos semanas será liberada, y la plataforma Cultiva México), sigue pendiente, dice, entender cómo se va a repartir el resto de las responsabilidades frente al hecho irrebatible de que se le redujo de dirección general a una dirección de área: “Suponemos que se reducirá personal, presupuesto, nivel de autoridad y decisión”.
Lo presentado hoy, en otras palabras, es sólo una parte de la agenda internacional de la Secretaría de Cultura: “En la desaparecida Dirección General de Asuntos Internacionales, de acuerdo con el reglamento anterior, era una dirección que tenía 15 atribuciones distintas, de muy distinto ámbito. No sólo van en el tema de la difusión cultural o la movilidad internacional de nuestras comunidades artísticas, sino que atiende muchos otros frentes en el ámbito multilateral”, continúa Bermejo y cita el trabajo de las embajadas en México, los programas regionales, la vinculación con la UNESCO, entre temas de distinta naturaleza.

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“Va prevaleciendo la idea de que se va a dispersar, de manera no clara, estas 15 responsabilidades que estaban contempladas en el reglamento anterior, una de las cuales, sólo una de las cuales, debo insistir, hoy fue abordada de manera muy precisa y con un peso y sustancia encomiables por parte del área a cargo de la doctora Lucina Jiménez”, dice Bermejo.
“Entendemos que parte de las atribuciones que tenía la DGAI será asumida directamente por la Subsecretaría de Desarrollo, otra por la Dirección General de Apoyos a la Creación, el ex FONCA, otra por la Dirección de Vinculación Cultural, y un par más por ahí que también estarán; como siempre, la unidad jurídica también tiene responsabilidad en materia de firma de convenios internacionales. Lo que no ocurrió hoy es explicar el conjunto de la agenda cultural internacional, que incluso desde la Ley General de Cultura y Derechos Culturales, la Ley del 17, señala marcadamente que la Secretaría de Cultura tiene responsabilidad en el ámbito internacional. El artículo 12, el artículo 41 y el 42 de la Ley General de Cultura establece ya esta obligatoriedad”.
Para el exdirector de Asuntos Internacionales de la SC, Pablo Raphael de la Madrid, el Estado debería explicar, “¿cuál es la estrategia que permita posicionar a México en el contexto internacional desde la diplomacia cultural, desde la cultura como mecanismo de cooperación para el desarrollo, de la cultura al servicio del desarrollo sostenible y de la cultura como un instrumento de política pública que ayuda al propio desarrollo? Diría, en pocas palabras, ¿cómo hacer? Y eso creo que contestaría ya en su resumen, ¿cómo hacer para colocar a la cultura en el centro de las políticas de desarrollo?, ¿y cuáles son las propuestas de México en la agenda internacional?”.
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El también escritor lamenta que en el encuentro, entre varios invitados internacionales —haciendo la analogía con una orquesta— fue curioso que “no hayan invitado al violín principal, que es la Secretaría de Relaciones Exteriores. Parece o da la apariencia que no hay comunicación, yo espero que en algún momento se firme un convenio entre la Secretaría de Cultura y la Secretaría de Relaciones Exteriores; que aclare cuáles son las responsabilidades. Lo más interesante es lo que no estuvo”.
Raphael explica que, a la hora de empezar a hacer políticas comunitarias y traer experiencias de semejanza que puedan compartirse, se requiere de un área internacional: “Si tú quieres bajar fondos internacionales para desarrollar temas de innovación social y de trabajo comunitario, debes tener un área internacional que ayude a entender dónde, en tiempos de crisis presupuestales, están los aliados y la forma de financiar proyectos culturales. Tampoco se habló de eso, si se quiere hablar de cultura comunitaria asociada a lo internacional”.
Respecto al proyecto presentado, Eduardo Cruz Vázquez, exagregado cultural en Chile y Colombia, advierte “un reciclamiento y actualización de todo lo que ha hecho Lucina Jiménez a lo largo de su vida profesional. Al mismo tiempo es una recapitulación impuesta al día, una actualización a los tiempos de la 4T”. Los recursos que necesitan los centros culturales de México en el exterior y presentar el plan del sexenio son los temas que más le inquietan.

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Para Ochoa Sandy se deben todas las explicaciones: por ejemplo, el anuncio institucional de quién es la persona al frente de la Dirección de Asuntos Culturales de Relaciones Exteriores y la relación y formas de operación conjunta con la Secretaría de Cultura.
“Entiendo que haya buenas intenciones, pero lo que uno espera como ciudadano es tener un intercambio de ideas. Presentan un proyecto más fantasmagórico. Los que estamos en ultratumba intentamos decir: dialoguemos. ¿Por qué no vemos ni en el reglamento ni en las propuestas ni en la reestructura, los resultados de los diálogos por la transformación que se hicieron en la campaña?”, concluye Pablo Raphael.
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