yanet.aguilar@eluniversal.com.mx

Entre 1933 y 1973, México vivió el periodo más exitoso de su historia económica, la llamada “Edad de oro” que significó cuatro décadas de elevado crecimiento de su economía. El antes y después de ese periodo es analizado por el economista, diplomático y político Francisco Suárez Dávila en el libro México 2018: en busca del tiempo perdido, un ensayo que postula una nueva estrategia para acelerar el crecimiento de México sin perder la estabilidad.

“Si uno toma la historia, sobre todo de 1933 al presente, no hay duda de que México ha sido un gran país y merece que le vaya mejor. Los jóvenes no lo saben, pero México, de 1933 a 1973, creció 6% al año, pocos países pueden igualar ese récord; eso quiere decir que podemos crecer con las políticas adecuadas”, señala.

El maestro en Economía por el King’s College de la Universidad de Cambridge asegura que México puede recuperar el tiempo perdido (parafraseando al escritor francés Marcel Proust) si toma las medidas básicas, como orientarnos a crecer más, incrementar la inversión pública eficiente y útil, generar recursos, reorientar el gasto y tener una política industrial que apoye a todos los sectores, incluso el energético.

“Podemos tener crecimiento con una planeación adecuada, un consejo que integre a la sociedad, con aumento de la inversión pública bien gastada; todo vinculado con una política hacendaria integral que necesita generar recursos, no sólo redireccionar el gasto dispendioso que tenemos ahora”, afirma el profesor de la UNAM, El Colegio de México y la Universidad Iberoamericana.

Asegura que ese aumento de ingreso debe incluir apoyo a programas sociales de gran envergadura que respondan a las exigencias de un alto porcentaje de mexicanos. “No es casualidad que haya este tsunami político, esta ola de movimiento social de mucha gente que está molesta, indignada, insatisfecha; es que tenemos terribles problemas de desigualdad, 1% de los mexicanos más ricos tiene 23% del ingreso nacional; 10% de los mexicanos más ricos tiene más del 60% del ingreso nacional, mientras el 50% de la población vive en la pobreza”.

México 2018: en busca del tiempo perdido”, publicado por Miguel Ángel Porrúa, es un análisis sobre la historia económica de México desde el último cuarto del siglo XIX, el siglo XX y lo que va del XXI; 2018 es un año que el autor define como una encrucijada y un parteaguas en la historia.

Aunque es un libro económico, el análisis puntualiza los graves problemas sociales que ha traído consigo el proyecto económico que tras la “Edad de oro” devino en un “descarrilamento populista con una severa crisis; la posterior instauración del modelo neoliberal de compactación del Estado y la apertura comercial con el TLCAN y finalmente el estancamiento estabilizador de 2000 a 2017”.

Hasta que llega a 2018 y la elección del pasado 1 de julio, que “significa un cambio de rumbo” en el que apuesta porque haya medidas económicas mejor planeadas. Dice que tiene razón Andrés Manuel López Obrador en poner orden en el gasto federalizado. “El federalismo fiscal se ha convertido en un feudalismo fiscal, en que los gobernadores gastan lo que les da la gana y hay corrupción y desvió de fondos y no hay gasto de inversión”.

Pero señala un riesgo: la parálisis que vendría si el Presidente electo busca parar en seco la administración pública. “Cambiar secretarías de Estado de ciudad, correr a buena parte de trabajadores calificados... ¿Qué pasaría con el primer año de gobierno con esas políticas? Tendríamos parálisis del aparato gubernamental y del sector privado con tasas muy serias de desaceleración económica. Ese es un gran riesgo, se puede descarrilar este cambio de sentido del país”.

Para Suárez Dávila, el cambio debe darse con rumbo, lo que requiere pensar muy bien en qué se va a gastar el poco dinero que hay.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses