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Jorge Volpi obtuvo el Premio Alfaguara de Novela 2018 con una novela de no ficción que intenta dilucidar la verdad de las muchas ficciones que plagan nuestro México.

En Una novela criminal, el narrador mexicano relata un caso particular que al cabo de la historia se convierte en un retrato de México.

Volpi, quien se convirtió en el tercer mexicano en obtener ese premio —dotado de 175 mil dólares— en sus 21 ediciones, dijo que uno de los grandes problemas de esta historia y de la realidad es la confianza.

“Es imposible confiar en el sistema de justicia mexicano, imposible confiar en que lo que dice el expediente es cierto, imposible confiar en que las decisiones de los jueces o de los ministerios públicos no están motivadas políticamente y por lo tanto la búsqueda de la verdad se vuelve mucho más difícil, de hecho se vuelve el tema central de la historia”, afirmó Jorge Volpi, quien dedicó tres años a la historia, así como a una investigación muy profunda y a la lectura total del expediente.

Aseguró que lo terrible del caso es el ex presidente Felipe Calderón, “decidido a no entregar a Florence por la presión interna mexicana, y montan toda la historia”.

“Es cuando Genaro García Luna y el equipo de la Secretaría de Seguridad Pública deciden que tienen la obligación de probar la existencia de la banda del Zodiaco y la culpabilidad de Florence como miembro de la banda. Y este es uno de los peores momentos de la historia: hay un momento claro en que hay una decisión del Estado mexicano de destruir a una familia mexicana entera, la de Israel Vallarta”, señaló.

Incluso aseguró que en el fondo, Calderón y el presidente francés, entonces Sarkozy, eran mucho más parecidos, ambos estaban absolutamente obsesionados con la justicia y con hacer justicia, ambos con una visión un tanto mesiánica de transformar por completo el sistema, ambos de derecha y ambos tenían este rasgo de carácter muy parecido, que es la terquedad absoluta, agregó.

Aseguró que quería contar esta historia tan enrevesada desde la literatura sin ficción, pero tan llena de ficciones, que tiene tantas fases, conflictos y personajes complejos.

“Quería contarla desde mi propia perspectiva, con los instrumentos tanto de la realidad como de la literatura, contarlo (el caso) como si fuera una novela, aprovechando los recursos propios de la literatura, pero sin traicionar nunca los hechos, salvo cuando me permito tratar de llenar una serie de vacíos que no puede darnos la realidad… La idea es que finalmente el lector decida a partir de los hechos que voy encadenando y dando esta forma de novela sin ficción que intentaría emular en alguna medida esos libros que van de A sangre fría, de Capote, o La canción del verdugo, de Norman Mailer, a El adversario, de Emannuel Carrère”.

Ahora, a Volpi le queda por delante una intensa campaña de promoción que, dijo, cumplirá pero desde la certeza de que su compromiso principal es con la Universidad Nacional Autónoma de México, donde es coordinador de Difusión Cultural. “Aprovecharé todas mis vacaciones posibles y todos los fines de semana que pueda para cumplir con mi casa editorial, pero mi prioridad es la Universidad”, señaló.

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