En primer lugar, quisiera felicitar a la Fundación UNAM por sus 30 años de intensa actividad apoyando diversas actividades culturales y científicas en la unam.

Mi relación con la Universidad ha sido fructífera y gratificante durante casi 50 años. Me gradué como médico cirujano y psicólogo en la unam en la década de 1970. Durante esos años me incorporé al Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina, con el doctor Roberto Prado, donde estudié la neurobiología del aprendizaje. Al mismo tiempo comencé a dar clases en talleres de Laboratorio y luego de Fisiología Humana en la misma Facultad.

A principios de la década de 1980, mi esposa y yo viajamos al extranjero, donde realicé estudios de doctorado en la Universidad de California, Los Ángeles, con el doctor John García, un renombrado científico que enfatizó la necesidad de considerar las variables neurobiológicas durante el aprendizaje frente a las ideas dominantes del conductismo. Durante ese tiempo comencé un productivo trabajo estudiando la neurobiología de la memoria de reconocimiento gustativo. En 1984 ocurrieron tres hechos significativos en mi vida: el nacimiento de mi primer hijo, la culminación de mi doctorado y la invitación a ingresar al Departamento de Neurociencias del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM por parte de su Consejo Interno. Desde entonces, gracias a la libertad y al apoyo que siempre he tenido en la unam, he seguido ampliando y consolidando mis ideas sobre la neurobiología de la memoria de reconocimiento.

Durante mis primeros años como investigador independiente nació mi segundo hijo, y con estudiantes y colegas desarrollamos una apasionante línea de investigación en la que descubrimos que el aprendizaje espacial repetitivo podía producir cambios morfológicos en áreas particulares del sistema nervioso central de animales adultos. Adicionalmente elaboramos una línea de investigación pionera sobre la regulación que ejerce la corteza insular sobre el sistema inmunológico a través del condicionamiento de las respuestas inmunitarias. El esfuerzo realizado durante esos años fue recompensado con el Premio UNAM en Ciencias Naturales y el Premio de Investigación Médica del Instituto Syntex. De forma paralela, como jefe del Departamento de Neurociencias, tuve la oportunidad de contribuir al diseño y supervisión del edificio de la División de Neurociencias del Instituto.

Gracias a la beca Guggenheim realicé una estancia sabática con el doctor James McGaugh, fundador del Centro de Neurobiología del Aprendizaje y la Memoria de la Universidad de California, Irvine, donde recientemente fui elegido miembro externo. Durante dicha estancia y posteriormente en mi laboratorio, demostramos que la percepción de estímulos novedosos está relacionada con la liberación de dopamina en diferentes circuitos cerebrales en función de las características sensoriales del estímulo. Al relacionar estos resultados con modelos animales de la enfermedad de Alzheimer, revelamos que el deterioro cognitivo temprano asociado con la enfermedad se debe a deficiencias en la plasticidad neuronal provocadas por una disminución en los niveles cerebrales dopaminérgicos y noradrenérgicos. Esto nos permitió, junto con otros laboratorios, formular la hipótesis catecolaminérgica de la enfermedad de Alzheimer, que hace posible modular farmacológicamente al sistema dopaminérgico en estadios tempranos de esta enfermedad, como ya se está haciendo en algunos ensayos clínicos. Gracias a la Fundación unam y a la Fundación Moisés Itzkowich, varios alumnos de mi laboratorio han recibido el Premio Alzheimer a la mejor tesis de investigación sobre esta enfermedad.

Debo resaltar que en todos estos años se han formado en mi laboratorio un centenar de estudiantes de todos los niveles, desde pregrado hasta posdoctorado, y de varias nacionalidades, muchos de los cuales continúan sus líneas de investigación en nuestro país o en el extranjero. Finalmente, es importante señalar que el esfuerzo realizado durante este tiempo ha sido reconocido con diversas distinciones y premios, además de los mencionados, destacan: Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Ciencias Físico-Matemáticas y Naturales, el reconocimiento como Investigador Nacional Emérito por el Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt  y la elección por el Consejo Universitario de nuestra Universidad como Investigador Emérito de la UNAM.

¡Muchas gracias, unam!

Gracias.

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