México cuenta actualmente con cineastas de gran prestigio internacional, no obstante que la otrora importante industria fílmica nacional de la Época de Oro desapareciera a finales de los años 70. Y ello se debe a la perseverante labor que la Universidad Nacional Autónoma de México ha realizado a través del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) para formar profesionales del cine durante más de 50 años. Los egresados de este Centro participan en la producción de películas de ficción, de documentales o de cortos publicitarios trabajando como guionistas, realizadores, productores, fotógrafos, editores, directores de arte o diseñadores de sonido; algunos se dedican a la enseñanza o la difusión del séptimo arte y otros ocupan importantes cargos administrativos o sindicales en el ámbito cinematográfico. De tal manera, la Universidad ha contribuido —al igual que el Instituto Mexicano de Cinematografía y el Centro de Capacitación Cinematográfica— a elevar la calidad de los filmes, a reorientar el desarrollo de nuestro cine y dado que otras técnicas de producción audiovisual como la televisión y la multimedia emplean el lenguaje cinematográfico, a renovar los cuadros de creadores de la industria y la cultura de la comunicación audiovisual; lo cual ha sido posible en virtud del sistema académico del CUEC que se basa, además de en las clases en grupo, en asesorías personales y una praxis intensiva.

Como sucedió con otros campos del conocimiento y el arte, la Máxima Casa de estudios del país fue la primera que asumió cabalmente la responsabilidad social de la enseñanza de la cinematografía. Luego de la efímera existencia de la Academia Cinematográfica de México, creada en 1942 por iniciativa de la Secretaría de Educación Pública y que cerrara sus puertas sólo dos años después por la presión de los trabajadores de la Unión de Trabajadores de Estudios Cinematográficos de México, el Dr. Manuel González Casanova fundó sucesivamente a inicios de los años 60 el CUEC, el Departamento de Actividades Cinematográficas y la Filmoteca como dependencias adscritas a la entonces Dirección General de Difusión Cultural. Y no fue sino hasta 1975 que, siguiendo el ejemplo de la Universidad, el Lic. Rodolfo Echeverría Álvarez, a la sazón director General de Cinematografía de la Secretaría de Gobernación, fundó el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), el cual se ha nutrido desde entonces de algunos de los cineastas-profesores preparados por el CUEC para conformar su planta docente y designar a dos de los siete directores que lo han conducido. En este sentido, es pertinente subrayar que la participación académica de los egresados del Centro Universitario no se ha limitado al CCC; varios, además de haberse forjado una exitosa trayectoria profesional, han colaborado en el diseño de los planes de estudio e imparten clases en otras escuelas surgidas para satisfacer la creciente demanda de los jóvenes que desean estudiar cine; hecho que confirma el mérito de la UNAM como pionera de la educación de la expresión audiovisual en el país.

Para cumplir las funciones sustantivas de enseñanza, investigación y difusión de la cultura con relación a la cinematografía, la Universidad cuenta con el CUEC y la Dirección General de Actividades Cinematográficas (DGAC), de la que forma parte la Filmoteca desde 1987. El Centro se ocupa de la enseñanza, la Dirección de la difusión y tanto una como otra dependencias desarrollan proyectos de investigación y publican libros sobre distintos aspectos estéticos, históricos y técnicos del cine. A la fecha, el CUEC ha editado más de 80 títulos que, sumados a los Textos de Cine que el Departamento de Actividades Cinematográficas publicara en sus inicios, conforman el acervo especializado más extenso que haya publicado alguna institución educativa de la América Latina. Por su parte, la DGAC —al igual que la Cineteca Nacional— tiene la finalidad de salvaguardar el legado cinematográfico de la nación y de difundir la cultura fílmica mundial: preserva películas y aparatos, organiza eventos museográficos y proyecta ciclos de cine de distintas latitudes y periodos históricos que le ofrecen a los universitarios y los espectadores en general, la alternativa de conocer diversas propuestas estéticas e ideológicas para enriquecer su horizonte cultural y afirmar su pensamiento crítico, en consonancia con los principios de diversidad y universalidad de la UNAM, e ir más allá de la limitada cartelera de las salas comerciales que exhiben preferentemente cintas hollywoodenses.

En 2000, el CUEC puso en marcha el Programa Académico de Óperas Primas para brindarle a sus egresados la oportunidad de participar en la realización de largometrajes con características profesionales —a diferencia de los ejercicios del plan de estudios de la licenciatura, en cuya producción los alumnos no tienen que tratar con proveedores, sindicatos ni distribuidores—, y de tal manera profundizar en el quehacer cinematográfico e iniciar su desarrollo profesional con las mejores expectativas. Asimismo, con la finalidad de que el sistema académico del Centro respondiera a la importancia histórica y estética del cine documental y que los interesados en el género tuvieran la oportunidad de especializarse, en 2010, conjuntamente con la Facultad de Artes y Diseño (FAD), se creó la Maestría en Cine Documental. Las películas producidas en los marcos del Programa y de la Maestría constituyen una importante aportación para el fortalecimiento de nuestro imaginario audiovisual e identidad cultural, dado que abordan los más diversos aspectos de la realidad nacional y que algunas proponen una búsqueda de estilo. Mucho hay que agradecerle a la Fundación UNAM su valioso apoyo para coproducir algunos de estos filmes.

En la vida de la sociedad contemporánea, el cine y los medios de comunicación audiovisual no son únicamente diversión y frivolidad o arte; son indispensables para la difusión de la cultura y la ciencia, la publicidad y los negocios; para informar o desinformar, el debate político y orientar la opinión pública; para modificar conductas y afirmar o vulnerar identidades individuales y nacionales; tienen la importancia de un “asunto de Estado” y su enseñanza es un imperativo que debemos asumir con absoluta responsabilidad social. Por ello es digno de encomio que en años recientes la UNAM se haya ocupado de consolidar la enseñanza de la cinematografía: que el anterior rector, el Dr. José Narro Robles, haya apoyado la construcción de la nueva sede del CUEC en la Ciudad Universitaria y la creación de la licenciatura; y que ahora, en el rectorado del Dr. Enrique L. Graue Wiechers, el Consejo Académico de las Humanidades y las Artes haya avalado la iniciativa para convertirlo en Escuela Nacional de Artes Cinematográficas (ENAC) y que dicha conversión esté en proceso de ser aprobada por el H. Consejo Universitario. “Por mi raza hablará el espíritu”.

Director del CUEC 1997-2004.
Cineasta y profesor de Dramaturgia Fílmica

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