Francisco Hernández Juárez y su grupo compacto de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) rechazaron la invitación de Napoleón Gómez Urrutia para afiliarse a la Confederación Internacional de Trabajadores y a espaldas de su patrón, Carlos Slim Helú, cabildean reformas a la Ley Federal del Trabajo donde pretende controlar cerca de mil trabajadores que América Móvil tiene en el esquema de tercerización.

El líder de los telefonistas, cobijado por la dirección colegiada de la UNT, que incluye a Agustín Rodríguez, del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, y Carlos Manuel Díaz, de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México, presentó a través del diputado de Morena, Francisco Javier Ramírez Navarrete, una iniciativa para modificar y desaparecer los artículos 15-A y 15-D de la Ley Federal del Trabajo, artículos donde se regula la subcontratación como actividad económica.

La UNT pretende que los sindicatos, como el de Telmex, tengan el control de los servicios de tercerización de las empresas, como son los de limpieza, seguridad, vigilancia y mantenimiento. En México, las compañías de Slim tienen alrededor de 900 trabajadores en este esquema.

Buena parte de los sindicatos de la UNT están asesorados por Arturo Alcalde, el padre de la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde. Hace unos días rechazaron la invitación de Gómez Urrutia para incorporarse a la Confederación Internacional de Trabajadores porque no quieren ser coordinados por el líder minero debido a que no coinciden con sus métodos de representación sindical.

Hernández Juárez y la UNT tampoco aceptaron ser parte de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM) que encabeza Pedro Haces, con quien tienen serias diferencias por sus métodos poco ortodoxos de liderazgo sindical y empresarial. Las dos centrales obreras, junto con Napito, van a luchar a muerte por tener una representación en la Organización Internacional del Trabajo, espacio del que fueron expulsados la CTM y la CROC.

La propuesta del diputado Francisco Javier Ramírez pretende, entre otros propósitos, que “se modifiquen las reglas sobre la subcontratación reformando los artículos 15-A y 15-D para condicionar el outsourcing exclusivamente a trabajos especializados ocasionales no vinculados al objeto social de la empresa y atajar la migración de trabajadores a subcontratistas, con grandes reducciones de sus salarios y prestaciones, y eliminando su estabilidad en el empleo”.

En realidad, lo que buscan es aprovechar a esos trabajadores para incrementar sus disminuidas bases y, por lo tanto, sus finanzas, algo como lo que hizo el ex líder petrolero caído en desgracia, Joaquín Hernández Galicia ‘la Quina’, quien incluyó en el contrato entre los trabajadores y Pemex una cláusula para que la empresa pagara al sindicato un porcentaje cada vez que se contrataran servicios externos.

La iniciativa de Hernández Juárez es también una respuesta a la decisión de Carlos Slim y su grupo de separar, mediante autorización del Instituto Federal de Telecomunicaciones, a América Móvil en dos empresas: una de telefonía fija que no genera utilidades, y otra, la digital, en donde todos los puestos de trabajo son de confianza. Como quien dice, Hernández Juárez se quedó sin base social y ahora propone ganar membresías vía la transferencia de los trabajadores outsourcing.

POSDATA

Y hablando de Slim, cuentan que se puso buena la comida de este lunes en Palacio Nacional entre los multimillonarios mexicanos y Andrés Manuel López Obrador. El ingeniero, por fin, limó asperezas con el presidente; los magnates mineros, Germán Larrea y Alberto Baillères, dos de sus principales detractores, le ofrecieron todo su respaldo. También estuvo presente Emilio Azcárraga.

La reunión de dos horas versó sobre la importancia de la inversión privada para el proyecto de transformar al país. El Presidente juró y perjuró que habrá certeza y garantías para la inversión. Habló de todos los temas, menos de uno: la crisis en Venezuela.

MR. VOLK, COMO LA ESPUMA

Hoy se inaugura la tercera social store de Mr. Volk, una empresa dedicada a la distribución de vinos y licores, la cual mezcla experiencias de compra y de consumo dentro de sus sucursales. La nueva unidad estará ubicada en Bona Plaza Esmeralda, sumándose a las que ya operan en Avándaro, Valle de Bravo, y Santa Fe.

Mr. Volk fue fundada en 2014 por un grupo de empresarios de nueva generación, entre los que se encuentran Diego y Ernesto Vargas, de MVS Telecomunicaciones y Variv Capital; Alejandro y René Escobar Bribiesca, de EB Capital, EB Life, Sr Pago y Ficade, así como Pablo y Enrique Escobar, estos últimos quienes se han encargado de desarrollar a la empresa para convertirla en una de las más relevantes de la industria al contar con presencia en cuatro de las principales ciudades del país: Playa del Carmen, Cuernavaca, Valle de Bravo y Ciudad México, además de contar con más de 16 clientes institucionales como restaurantes, hoteles, casinos, bares y cines, entre otros.

Son distribuidores autorizados de marcas de Casa Cuervo, Bacardí, Diageo, Pernod Ricard, La Negrita, Grupo Campari, Brown Forman, La Madrileña y Beam Suntory.

Además de esta social store, el plan es anunciar la apertura de más puntos de venta en el país, buscando posicionarse rápidamente en la industria de bebidas espirituosas, que coloca al año alrededor de 8 mil 300 millones de litros con un ritmo de crecimiento de 5%.

@MarioMal
mario.maldonado.padilla@gmail.com

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