No recuerdo a atleta mexicano de alto rendimiento alguno que haya logrado en lo que va su carrera deportiva el equivalente a lo conseguido por Juan Luis Barrios en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en las pruebas de atletismo.

Juan Luis Barrios se ha convertido así en el máximo ganador de oro dentro de los Centroamericanos para nuestro país en la disciplina antes mencionada.

Barrios se adjudicó la medalla de oro en la prueba de los 10 mil metros el fin de semana pasado en Barranquilla, Colombia, lo que significa su octava presea dorada en cinco participaciones desde el 2002 a la actualidad. El fondista ha conseguido el oro en pruebas que van desde los mil quinientos hasta los diez mil metros planos.

Pasada la euforia por este significativo logro, reiniciará el debate de lo que necesita el deporte mexicano de alto rendimiento, y quien será el elegido para implementar su proyecto con motivo de “la cuarta transformación del país” a partir del primero de diciembre próximo, a fin de generar más deportistas de la categoría de Juan Luis.

Me parece que no existe formula alguna que de resultado, a menos que los administradores del deporte en nuestro país den un giro de 180 grados para implementar honestidad, disciplina, transparencia, deseos de superación, y delegar las responsabilidades y compromisos en quienes están capacitados para ello, entre otros “finos detalles”.

Si no se toma ese camino, para mi será imposible que se pueda detectar, promover y apoyar al talento mexicano que “está y no está” a la vez, conformándose con generar aisladamente “garbanzos de a libra”. Eso si, cuando sobresalen esos “garbanzos” es patético ver como autoridades y directivos se trepan al carro de ese atleta que, para lograr llegar a la meta, tuvo que vencer al monstruo de las mil cabezas.

En caso concreto de Juan Luis Barrios, no se necesita ser un genio para saber cual fue la fórmula que lo llevo al éxito: jamás quedarse con los brazos cruzados a la espera de “apoyo”.

A lo largo de su experiencia como corredor de talla internacional, aprendió a rodearse de los mejores y mantener el constante aprendizaje que le llevaría a la excelencia. También aprendió que para llegar a la excelencia se necesitan recursos y para ello desarrolló el talento para cumplir con su objetivo.

Como uno de los mejores vendedores, el se supo vender así mismo como el gran fondista que es, y con ello toco las fibras de la iniciativa privada generando un fenómeno difícil de entender para muchos de los atletas mexicanos: que creyeran en su proyecto a largo, mediano y corto plazo. Los resultados de Juan Luis hablan por si solos.

Así las cosas, y con el apoyo incondicional de su familia, Juan Luis Barrios después de diez años de trayectoria deportiva dentro del alto rendimiento, tuvo las agallas de sortear con muchas dificultades y sacrificios, para alcanzar sus metas y llegar a donde esta, cosechando el oro que lo coloca como uno de los mejores corredores de fondo en el deporte universal.

Felicidades Juan Luis.

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