No debería ser más que una broma. Cierto, no una de esas gordas y matraqueras como la puntada de un aeropuerto internacional en donde los aviones se despitorren contra el cerro que de pronto apareció en Santa Lucía. No, es una un tanto menor. Pero igual de risa loca salvo porque la van a llevar a cabo con el dinero de todos nosotros y porque el gobierno federal no sabe, ni se imagina, en qué procelosos mares está a punto de meter las cuatro.

El juego ya puesto en marcha se llama “Verificado” —nunca puse un par de banderillas cortas como las anteriores, y menos ahora tan en boga las comillas mal empleadas—. Más allá de que se hayan pirateado o no el concepto, lo cual se dirimirá en su caso en las instancias correspondientes, se trata de que Notimex, la agencia de noticias gubernamental, diga qué sí y qué no es verdad en el mundo de las noticias, tanto las que aparecen en los medios como en las redes sociales.

Tan sólo con imaginarse el trabajo que semejante empresa implica —miles de empleados, instalaciones al menos tan grandes como las del Pentágono, especialistas en todas las áreas del periodismo y un jurado calificador que opere las 24 horas del día— ya sabemos que es puro cuento, alucinación y, de veras que si no fuera en serio, estaríamos ante un puro y triple destilado psicodélico.

Dijo alguna vez Peña Nieto, y por ello fue crudamente criticado, que ningún Presidente se levantaba por las mañanas buscando la manera de joder a México. Bueno, pues el señor Peña no acertó del todo en cuanto al presente se refiere: ante la falta de un plan formal, organizado, por escrito y desde luego dado a conocer públicamente a la ciudadanía, el actual titular del Ejecutivo quizá no se levante pensando en joder a todo el país, pero sí a quienes considera sus enemigos de toda la vida. Hombre, la revancha es manjar de príncipes, pero aquí en el mexicano domicilio resulta que pasar a cuchillo los proyectos ya en marcha —que estaban destinados a poner al país en un estrato superior de bienestar— es justo en lo que a diario pone el empeño el jefe supremo sin que marinero alguno le advierta que se está hundiendo por su propio pie en un fango del cual no sólo será imposible rescatarlo cuando empiece a dar voces de auxilio, sino que junto con él irán por lo menos la mitad de sus ahora incondicionales.

La declaración de intenciones de Notimex en cuanto a su “producto justiciero” —máteme ese otro par, admirado maestro Uriel Moreno, El Zapata— “…tiene el propósito de informar con veracidad y esclarecer las noticias que surgen en redes sociales y medios tradicionales que resultan dudosas.”

Quien redactó el párrafo anterior no fue a escuela de periodismo alguna: si “surgen”, entonces es preciso decir luego “resulten”, y no “resultan” porque entonces ese error craso puede verse como un amaño de partido para poner en duda afirmaciones en redes o en medios en un tiempo verbal que únicamente los de Verificado sabrán manejar a su conveniencia.

Pero dejemos que no tienen ni idea de lecto-escritura porque a juzgar por el nombramiento incluso de secretarios en el gabinete entendemos que no hace falta saber nada de nada para hacerse con un puesto: basta ser amigo, cercano, incondicional, dócil y, llegado el caso, mover algunas huestes en favor del jefe supremo.

La reacción que genera el nacimiento de Verificado es muy simple: cada vez con más frecuencia en lo que ellos llaman “medios tradicionales” y en los que no, hay contabilidad y análisis que hacen ver las falsedades, contradicciones y parábolas del gobierno federal sacados sabe el diablo de qué chistera y que señalan lo opuesto a lo que cualquiera puede ver. Hay decenas y decenas de casos. Uno nada más: la invasión de sargazo ante la que no se hizo nada seis meses antes (¿no que todo lo habían previsto desde su “izquierda aleluya” durante sexenios?) y luego el mismísimo supremo jefe calificó de nada grave pese a que los satélites indican que ahí viene marabunta y el país pagará el costo.

¿Cómo va a desmentir la instancia de Verificado a su patroncito? No lo hará, ni con las metodologías a su alcance: un torneo de Piedra, papel o tijeras, una Catafixia o unos volados merengueros. Así que la herramienta será empleada para poner en tela de juicio todo aquello que aparece en los medios, tradicionales o modernos, que no convenga a la administración federal.

El problema aquí —le digo que son puras arenas movedizas— es que el ciudadano informado deposita su confianza en quien se la ha ganado con trabajo. Y eso no se consigue con decretos ni quemando copal y colgándose collares de flores. Es puro y simple trabajo pe-rio-dís-ti-co. Justo uno de los renglones en los que lo ignoran todo pero todo en la actual administración. ¿Quiere usted otro ejemplo flagrante? Con gusto: la “cadena nacional” del mensaje del supremo para “festejar” su triunfo. Era un capricho vil. Y se topó con el interés legítimo y legal de empresas y personas con muchos acuerdos y contratos firmados para la hora en que se le ocurría autocelebrarse. ¿Qué hizo? Retroceder y desdecirse.

Lo único que Verificado verificará son las maromas diarias y a lo mejor hasta un Premio Nacional de Maromas inventan. Total, ellos no pagan (por ahora).

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