Aunque un parto en general sucede sin problemas, a veces pueden ocurrir algunas complicaciones riesgosas para la madre, el bebé o ambos. Algunos de ellos son: parto prematuro , problemas con el cordón umbilical, problemas con la posición del bebé, placenta previa , preeclampsia, eclampsia o hemorragia obstétrica , por mencionar algunos.

De acuerdo con la doctora Andrea Argil, colaboradora de El Consultorio, de EL UNIVERSAL, “hay complicaciones inevitables, sin embargo es muy importante haber tenido consultas previas con el especialista , no sólo haber tomado vitaminas por iniciativa propia, sino realizarse ultrasonidos para ver que tanto el bebé como las condiciones de la mamá son favorables para un parto o si no programar una cesárea”.

Argil explicó que pueden existir problemas con la placenta, órgano que se va a pegar con la pared del útero para lograr el paso de la sangre de la mamá al bebé y viceversa. “La placenta tiene que estar pegada en la parte superior del útero, cuando está muy baja, cerca del cuello del cuello del útero o el cervix, puede causar sangrados y llegar a desprenderse; si esto llegara a pasar, ya no habría manera de que el bebé recibiera oxígeno ”. A esto se le conoce como placenta previa , también está el desprendimiento previo de placenta que normalmente lo causa un golpe o una caída.

Además está la placenta acreta , que es cuando invade más allá de lo normal, “puede estar invadiendo otros órganos, por ejemplo puede estar pegándose al intestino , y es considerada una invasión anormal del tejido placentario ”.

También aseguró que otro riesgo podría se la distocia , “esto quiere decir que el trabajo de parto ya no puede proseguir porque el bebé está atorado, lo que traería complicaciones para el bebé, como falta de oxígeno, y en la mamá ocasionaría traumas en las estructuras internas ”.

Si el bebé ya nació, agregó Argil, también puede haber complicaciones que podrían ser fatales, como por ejemplo la atonía uterina, que es cuando el “útero o la matriz no regresa a su tamaño normal, no se contrae, esto va a causar que la paciente siga sangrando”.

Aseguró que se pueden presentar restos placentarios , “es cuando ya salió el bebé y se sacó la placenta, pero no sale completa porque se queda un pedazo adherida a la pared uterina. Es obligación de los doctores revisar que no quede nada de la placenta adentro y checar que el útero regrese a su tamaño normal, los médicos deben estar al pendiente de las pacientes que acaban de tener a su bebé”.

La preeclampsia

, de acuerdo con Argil, se presenta durante o después del embarazo en mujeres de cualquier edad, la causa exacta se desconoce, pero los factores de riesgo son: primer embarazo, obesidad, embarazos múltiples, antecedentes de preeclampsia, diabetes o enfermedad renal. Con frecuencia, la mujer con preeclampsia no se siente enferma, aunque tiene síntomas como aumento de presión arterial, hinchazón de cara, manos y ojos.

Por su parte, la eclampsia se presenta cuando la preeclampsia se agrava y trae como resultado crisis convulsivas. Es la complicación más delicada, ya que pone en potencial riesgo la vida de mamá y bebé.

Por último, comentó la doctora que la pérdida sanguínea de más de 500 mililitros posterior a un parto vaginal, o de más de mil mililitros tras una cesárea puede ocasionar debilidad, vértigo, baja presión arterial y taquicardia.

jpe

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