La viróloga mexicana investigadora del Instituto de Biotecnología de la UNAM, especialista en el estudio de biología celular de la infección por rotavirus y astrovirus, ingresará el 29 de marzo a El Colegio Nacional. La especialista se convierte así en la séptima mujer que forma parte de esta institución de 78 años de historia, que actualmente tiene 35 miembros, cinco de ellos, mujeres.

La lección inaugural es el próximo lunes a las 18 horas, con transmisión en vivo a través de la página de El Colegio y de sus redes sociales. Su discurso de ingreso estará dedicado al “maravilloso mundo de los virus”, la salutación estará a cargo de Alejandro Frank, presidente en turno, y la respuesta será de Francisco G. Bolívar Zapata.

La pandemia, advierte, echa luz, otra vez, sobre la necesidad de tener más virólogos en el país. En el futuro, dice, habrá más pandemias, esa es certeza y, ante ella, hay que estar preparados. Además explica que desde 2016 promueve la creación de un centro de investigación nacional en virología que permita concentrar y formar más virólogos.

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¿Qué es lo que propone en su discurso de ingreso?

El sentimiento que todos tenemos sobre los virus no es nuevo. Siempre que pensamos en virus, pensamos en enfermedad y en malas noticias, lo cual es cierto, pero también hay un estudio de virus que ha sido fantástico, a través del estudio de los virus hemos aprendido gran cantidad de conceptos de la biología molecular y celular. Los virus, además de ser causantes de enfermedades, son también herramientas de estudio muy importantes. También existe un parasitismo en el ambiente, con otras bacterias e incluso con el ser humano, no todas las infecciones causan enfermedad y tenemos que aprender a vivir en este mundo de virus, bacterias y seres vivos.

Han surgido inquietudes sobre algunos laboratorios.

Hay que tener confianza. El que se haya desarrollado tan rápido esta vacuna no quiere decir que se haya descuidado nada de la seguridad que debe tener. Hoy más que nunca se ha cuidado muchísimo que estas vacunas sean seguras, no causen daño y ayuden a proteger a la población de la infección de SARS-Cov2. Y también estamos viviendo en un mundo de información aceleradísima en tiempo real. Nos enteramos de una reacción secundaria contra una vacuna y se magnifica muchísimo, y lo que no escuchamos es que es un caso en 100 mil o en 300 mil. Estas reacciones secundarias son normales, en todas las vacunas las hay porque cada persona reacciona de manera diferente. En el caso de la vacuna de AstraZeneca se ha mencionado que hay algunos problemas de coagulación, ese 1 entre 300 mil como consecuencia de la vacuna, es muchísimo menor a la frecuencia de coagulación que normalmente tiene la población y, aparentemente, la población europea tiene un número muy alto de estos eventos no relacionados con la vacuna. Así que hubo una coincidencia de eventos entre los que se vacunaban y los que tenían eventos de coagulación. Se aumentó la sospecha, pero no aumentó la coagulación. Sigo pensando que es más seguro vacunarse, los riesgos son bajos y los riesgos de enfermar y morir por Covid son más altos, el balance está a favor de las vacunas.

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¿Cómo ha sido el proceso de aprendizaje en pandemia?

¿Las variantes del SARS-Cov2 son un campo por explorar?

Sí. Hay algunos cambios que le permiten adaptarse mejor, multiplicarse o crecer mejor. Estamos viendo algo que siempre habíamos visto con otros virus, pero nunca con este microscopio en el que se están secuenciando muchísimos virus y estamos aprendiendo mucho de variantes. ¿Qué quiere decir que se hayan encontrado variantes y que se seguirán encontrando en cuanto su contagio y letalidad? Son cosas que se están investigando. No es fácil saber la importancia de estos cambios. Una de las preocupaciones es que algunos de estos cambios hagan que las vacunas o la inmunidad que inducen las vacunas sea baja. Hasta ahora eso no ha ocurrido. Sabemos que en algunos casos baja la reacción, pero siguen siendo buenos esos anticuerpos y que se genera una respuesta de células inmunes, que son otro brazo de la defensa, no se han medido, pero creemos que están funcionando muy bien.

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Usted tiene un proyecto de crear un centro de virología.

Sí, es un sueño que tenemos mi compañero de vida y asociado, Carlos Arias, y yo. Llevamos desde 2016 con este proyecto en el que pensamos que se requiere de una masa crítica de virología. Cada que hay un problema puedes contar con los dedos de las manos a las personas especializadas, no hay muchos virólogos en el país. Necesitamos una masa crítica que ante problemas como estos puedan voltear toda su energía para trabajar en ello, algo que ha ocurrido en muchas partes del mundo. En Yale, por ejemplo, los virólogos e inmunólogos, que no tenían nada que ver con el coronavirus, han hecho cuerpos de trabajo y de investigación muy fuertes, que han estado ayudando. Si llega a ocurrir una de estas pandemias, porque van a ocurrir otras, podamos fácilmente reorganizarnos como se hecho en el laboratorio y dar ayuda sólida. Y para esto se necesita mucha gente, estudiantes, investigadores de todas las áreas. Por eso queremos un centro para poder reclutar jóvenes que están acabando estancias posdoctorales y que tengan líneas de investigación de virología básica. O que haya gente que tenga interés en desarrollo de vacunas o de antivirales. Es nuestro sueño, hay mucha gente interesada, pero el problema ha sido el dinero, se requiere una inversión fuerte.

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¿Esta pandemia echó luz sobre esta necesidad urgente?

No es la primera, lo que pasa es que tenemos una memoria muy corta. La primera pandemia muy visible para todos fue la influenza en 2009, entonces organizamos la red mexicana de virología, nos juntamos todos los que habíamos. Pero ha habido otras epidemias y cada una es una llamada de atención, cada vez que pasa una nos llaman para saber qué podemos hacer, pero no se pueden resolver las cosas cuando estás adentro del problema. Si hay un huracán, si ya estás ahí, ya para qué te preparas. Tenemos que planear porque de lo que estamos seguros es de que vendrá otro huracán.

¿Sin lugar a dudas habrá otras pandemias?

Así es. Hace años lo sabemos los virólogos, una que siempre se ha estado esperando pero que afortunadamente no ha pasado, es de influenza porque sabemos que hay cepas de influenza aviar, son muy virulentas. Esa pandemia se ha estado esperando. La de 2009 se pensó que era aviar. La cantidad de gente en el mundo, las alteraciones del clima, la dificultad de vivienda y cultivos nos hacen estar más cerca unos de otros y todo esto provoca pandemias.