La eliminación de 109 fideicomisos que se vota en la Cámara de Diputados representa "una de las ocasiones en la vida de México en donde el poder ha ignorado de manera flagrante, sin argumento, todas las razones que se han expuesto, los argumentos y la evidencia, para que esta barbaridad no se cometa. Cuando el poder se ejercita divorciado de la razón, es gravísimo para la vida del país". Así lo dice en entrevista con EL UNIVERSAL José Antonio Aguilar , investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), que es precisamente uno de los 26 Centros Públicos de Investigación del País, cuyos fideicomisos de ciencia y tecnología son parte de los 109 que la Cámara de Diputados, por mandato Presidencial, vota por desaparecer.

"El impacto que tiene la eliminación de los Fideicomisos es muy grande, y varía en los Centros Públicos de Investigación. Para algunos es catastrófico, sobre todo para los que dependen de los fideicomisos para la compra y mantenimiento de máquinas y equipo de laboratorio; para otros Centros el impacto es muy grave, los lesiona, les impide realizar sus labores de investigación y docencia como lo venían haciendo" explica José Antonio Aquilar.

El maestro e investigador asegura que en el CIDE, por ejemplo, el fideicomiso de ciencia y tecnología ha servido para financiar proyectos de largo aliento, multianuales, para adquirir material de bibliotecas , suscripciones a revistas, pagar asistentes de investigación, proveer a alumnos con becas, complementar la labor de docencia –se pagan clases con ese dinero--, pagar incentivos a la publicación que es parte del componente salarial del cuerpo docente.

El CIDE, en particular, tiene como los demás Centros Públicos, un fideicomiso de ciencia y tecnología, pero además otro fideicomiso que es patrimonial, creado para completar el retiro de los investigadores. Los dos peligran con este cambio legal.

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"Con los fideicomisos de ciencia y tecnología, los Centros tienen cómo recaudar dinero propio, autogenerado; no hay dinero asignado a estos fideicomisos en el presupuesto. Por eso, esto es una especie de confiscación, expropiación, de un dinero que estos centros lograron generar para proveerse a sus necesidades".

José Antonio Aguilar advierte que esto es parte de una estrategia para desmantelar la infraestructura material y legal del sistema de ciencia y tecnología en México. "Es desmantelar a la ciencia en México. Este es uno de los instrumentos financieros para hacer eso".

El investigador cuestiona la decisión de la forma como los recursos ahora se entregarán. " Esta es una estrategia para centralizar y hacer discrecional el manejo de los recursos para la ciencia en México. En lugar de tener descentralizado eso, y dar a las comunidades científicas la posibilidad de asignar esos recursos, ahora hay un criterio de corto plazo, político y crecientemente ideológico. Es una desgracia para la gestión de la ciencia en México".

El autor de libros como "La geometría y el mito" opina que además es un error ver esto como un tema de recursos o de becas para los científicos e investigadores: "No hay una beca de nada en el pagar la luz o el microscopio óptico, no; estas son funciones de investigación, de docencia, de divulgación de la ciencia. Para eso sirven los fideicomisos, no son dineros que vayan a los investigadores de manera directa. Los fideicomisos sirven para funciones no personales, como el mantenimiento de un equipo de investigación; eso no se puede hacer de otra manera. Si en el Presupuesto de 2021 no viene el dinero para pagar la luz de los equipos, entonces los equipos se van a tener que apagar, vender o se van a echar a perder; eso es lo que no pasaba con los fideicomisos".

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Lo que sucede entonces, dice el investigador, es que se está "enmascarando el desmantelamiento de la estructura científica del país . Es el retroceso civilizacional más grande que hemos visto en 60 años".

Aguilar dice que continuarán alzando la voz ante los legisladores y si es preciso ante el poder judicial: "La voz es lo que único que tenemos en esta comunidad para enfrentarnos al poder desnudo, desprovisto de razones, el poder político que sólo tiene el uso coercitivo de la violencia. Estamos protestando, exponiendo los argumentos ante la opinión pública, tratando de concitar el mayor apoyo posible, pero no sabemos si esto será suficiente para impedir este golpe brutal a la ciencia en México. Queremos que quede constancia de que la comunidad científica en México no estuvo omisa ni indolente frente a este atentado. Dejamos constancia de nuestra oposición a este retroceso civilizacional en la vida del país. Esto lo van a sentir generaciones de mexicanos, lo poco y bueno que se había construido en décadas se ha cegado en minutos por un grupo irresponsable, un contingente de legisladores incapaces de comprender la importancia que tiene para el país la ciencia".

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