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Tel Aviv, Israel— La tierra prometida para Israel en términos de negocios podría extenderse hasta México en los próximos años.

EL UNIVERSAL viajó a Tierra Santa, donde el ministro de Economía e Industria de Israel, Eli Cohen, aseguró que hay “un potencial gigantesco para aumentar el comercio bilateral entre México e Israel, así como con otros países de América Latina”, por lo que preparan distintas acciones para impulsar esta relación en el corto y mediano plazos.

Con una población de 8 millones 800 mil personas, Israel representa menos de 10% de la población en México y hasta ahora 41% de sus exportaciones se concentran en Europa, 25% en Norteamérica, 18% en Asia, 4% se destina para los mercados de América Latina y 2% en África.

“En Israel vemos potencial en México y nosotros tenemos una política muy buena para exportaciones, damos subsidios e incentivos fiscales, los impuestos son muy bajos para los exportadores, cada vez vemos más delegaciones comerciales a Latinoamérica y más delegaciones latinoamericanas que vienen a Israel”, dijo Cohen en reunión con medios.

El Producto Interno Bruto (PIB) de Israel alcanzó 327.6 mil millones de dólares en 2017 y el crecimiento anual de su economía fue de 3%. Su tasa de desempleo es de 3.3%, una de las más bajas de los últimos años y su población se compone con 75% de judíos, 17% de musulmanes, 2% de cristianos y el resto profesa otras religiones.

“Ahora tenemos 350 compañías multinacionales que operan en Israel; la mayor parte son norteamericanas, europeas, ahora vemos más de China y Japón, pero por supuesto queremos más firmas latinoamericanas que vengan al país”, comentó el ministro en el edificio de la dependencia ubicado a unos 20 minutos de la ciudad vieja de Jerusalén.

El tamaño de la economía israelí representa menos de una tercera parte de la economía mexicana, aunque por tener una menor población el PIB per cápita en Israel es tres veces mayor al de México. De 1972 a 2018, el crecimiento del PIB per cápita israelí ha mantenido un constante crecimiento y una de las razones se basa en la innovación.

Para Cohen, Israel es el país “número uno en el apoyo a la investigación y el presupuesto hacia este tema representa 4.3% del PIB, pero además tenemos inversiones indirectas”.

“Israel toma cualquier desventaja y la convierte en una ventaja, trata de tomar el limón y hacer de eso una limonada. Tenemos muchos casos de éxito de empresas que salen a bolsa y el primer factor es un tema de educación y en segundo lugar es un tema de inversión en investigación y desarrollo.

“Sobre todo, no se tiene miedo a fracasar. Si uno fracasa tiene que intentarlo de nuevo, nunca se acepta la palabra no como respuesta, siempre tratamos de innovar y dar una solución. Somos un país muy pequeño y queremos compartir nuestros conocimientos”, abundó el funcionario.

En medio de este panorama y en búsqueda de crecimiento, Israel ha puesto sus ojos en México por una mayor interacción en el sector empresarial; por ejemplo, la mexicana Mexichem recién compró una participación accionaria mayoritaria de 80% de la empresa Netafim a una comunidad israelita llamada Kibbutz Hatzerim.

La comunidad operaba Netafim como una cooperativa, pero por situaciones propias pusieron a la venta el porcentaje accionario.

Ahora Mexichem es propietaria de una multinacional especializada en el riesgo sistemático por goteo, el cual ahorra agua e incrementa la producción agrícola.

“La compra de Netafim por más de mil millones de dólares enfatiza la cooperación intensiva en Latinoamérica y, como es evidente, estamos abiertos a inversiones, y ahora los conocimientos son israelíes, pero los propietarios son mexicanos. Israel es un mercado libre y damos la bienvenida a México”, indicó Cohen.

Los retos en el mercado mexicano, como las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con Estados Unidos y Canadá, no representan un elemento de preocupación para los planes de Israel en la zona, e incluso la cooperación se reforzará con una pronta visita de autoridades israelíes a tierras mexicanas.

La visión de Israel para las próximas tres décadas contempla que el mundo estará dominado por la tecnología y hacia allá camina esta nación, de ahí su posicionamiento como start up nation, o el país de las nuevas empresas.

“El futuro no será sólo sobre alta tecnología o muy sofisticada, incluso las fábricas tradicionales buscarán usar más tecnología para ser más competitivas. Nosotros queremos trabajar de forma conjunta y complementarnos”, añadió el ministro.

Con una base de tradición, pensamiento y cultura enfocada en el mejoramiento continuo, Israel dice que toda desventaja siempre puede convertirse en una gigantesca oportunidad de desarrollo y continuará buscando oportunidades de inversión en el mundo.

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