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Buenos Aires, Argentina.— Tras dos años de negociaciones, los gobiernos firmaron el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) durante la Cumbre del G20.

En el último día de su mandato, el presidente Enrique Peña Nieto firmó la declaración presidencial junto con su homólogo estadounidense, Donald Trump, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, el cual una vez que sea ratificado por los poderes legislativos de las tres naciones sustituirá al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Sin embargo, la aprobación en el Congreso estadounidense representa un reto a superar para el acuerdo.

En un mensaje conjunto, Peña Nieto sostuvo que la negociación del T-MEC permitió reafirmar la importancia de la integración económica de América del Norte.

Dijo que los acuerdos comerciales “no pueden permanecer estáticos y que necesitan avanzar de acuerdo con los cambios de la economía y las necesidades de las sociedades”.

Sostuvo que la renegociación permitió encaminar a la región hacia una integración más inclusiva y atenta a las demandas de sus sociedades.

En su mensaje, Peña Nieto hizo un reconocimiento a Trump y Trudeau “por la visión con la que se han conducido”, pues cada país ganará y América del Norte se fortalecerá.

Donald Trump advirtió que “esta ha sido una lucha y a veces en las luchas se forjan amistades extraordinarias, por lo que esto es algo muy bueno”. Indicó que el T-MEC es un acuerdo “a tono con el mundo actual”.

“El USMCA (T-MEC, por sus siglas en inglés) es el mayor y más significativo, moderno y equilibrado acuerdo comercial de la historia. Todos nuestros países se beneficiarán sustancialmente. Probablemente sea además el mayor acuerdo comercial jamás alcanzado”, expuso.

Además, Trump se dirigió a Peña Nieto: “Enrique, quisiera agradecerle a título personal y transmitirle mis mejores deseos. Este será su último día en el cargo, así que es una jornada muy auspiciosa, al tener la posibilidad de firmar algo tan importante. Es una forma realmente extraordinaria de terminar una presidencia”.

El mandatario dijo estar ansioso por trabajar con Andrés Manuel López Obrador “en los años venideros. Sé que tendremos un buen vínculo. Hemos tenidos un diálogo muy positivo y creo que la relación va a ser realmente muy buena”.

Por su cuenta, Justin Trudeau afirmó que “esto levanta la incertidumbre que se genera en torno al comercio, y sería mucho más dañino que no hubiéramos llegado a un nuevo tratado. Pero cuando llegó el momento, los canadienses se pusieron a trabajar en todos sus ámbitos para conseguir un nuevo acuerdo modernizado”.

Una ruta difícil. El camino que tiene que recorrer el T-MEC en Estados Unidos está lejos de ser placentero. La nueva mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, que tomará control del Legislativo en enero, hará que la ratificación necesite de un debate y negociación bipartidista.

Hasta el próximo año no llegará el texto del T-MEC al Congreso, y los demócratas ya han exigido que será necesario aplicar cambios en él para que reciba su apoyo.

El líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, lleva tiempo quejándose de la “debilidad” de las provisiones ambientales y laborales en el nuevo acuerdo.

Si el Congreso de EU fracasa en la ratificación, el TLCAN actual se mantendría vigente. Eso podría derivar, a la larga, en que Trump cumpla su amenaza de salirse del acuerdo y dejar a los tres países sin ningún tipo de tratado de libre comercio.

La senadora demócrata Elizabeth Warren, a quien muchos ven como posible candidata presidencial demócrata para 2020, también expresó su rechazo al T-MEC el jueves pasado, pues “no evitará el outsourcing, no hará que se eleven los salarios ni creará empleos. Es el TLCAN 2.0”.

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