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A pesar de la gran cantidad de ingenieros automotrices que tiene México, la nueva regla de origen para la fabricación de vehículos en Norteamérica favorece la investigación y desarrollo en Canadá y Estados Unidos, de acuerdo con expertos.

La nueva regla de origen establece que 40% del contenido de un vehículo debe ser fabricado en países con un salario de 16 dólares la hora, en promedio, pero una armadora puede obtener un descuento de 10% sobre ese 40%, si hace investigación y desarrollo en Canadá, Estados Unidos o México.

Pero la investigación orientada a los vehículos del futuro como eléctricos y autónomos está concentrada en Estados Unidos y Canadá.

“Hay países que están más orientados a investigación y desarrollo como Estados Unidos, Corea, Alemania y Japón, y otros países están más enfocados en el área de manufactura, ¿cómo subirnos a esa brecha? Sólo se puede hacer a través de una política automotriz”, dijo Guido Vildozo, gerente senior de IHS Markit.

Además, si el Tratado México-Estados Unidos-Canadá se revisa cada seis años, eso estaría privando de invertir en investigación y desarrollo en países fuera de Estados Unidos.

Marcos Pérez, director de Desarrollo de Producto de Ford, comentó que además de incrementar el contenido local en los vehículos que se fabrican en México, se debe acelerar en todo lo relacionado con el contenido intelectual en los vehículos, para ponerle más ingeniería al producto fabricado en el país.

“El valor intelectual se paga muy bien. El ingeniero mexicano bien preparado no le pide nada a los alemanes o estadounidenses, falta experiencia, pero el talento es bueno y cuesta la tercera parte”, dijo Pérez.

Ford tiene a mil 800 ingenieros de producto en el país, los cuales están estudiando algoritmos genéticos e inteligencia artificial, porque todo está cambiando a ritmo muy acelerado.

Vildozo agregó que atraer nuevas inversiones, por ejemplo, para la fabricación de baterías para autos eléctricos es difícil en México, porque se requiere un volumen alto de producción de vehículos para que se justifique la inversión para una planta de baterías.

“Realizar esas inversiones son fuertes, estamos hablando de más de mil millones de dólares. Para las armadoras es difícil en este momento en el cual el mercado está en proceso de estabilización”, explicó.

Además, los yacimientos de litio, el insumo base para la fabricación de baterías para autos eléctricos, se encuentran en Estados Unidos, China y Argentina.

Por el contrario, Luis de la Calle, director general y socio fundador de De la Calle, Madrazo, Mancera, considera que el país puede ser atractivo para que se realicen nuevas inversiones, porque la nueva regla de origen considera la investigación y desarrollo como parte del contenido regional.

“México se distingue por sus centros de investigación y desarrollo de empresas como Rassini y Nemak”, indicó el analista.

En total, se estima que hay 6 mil ingenieros trabajando en centros de investigación y desarrollo en México, pero no en tecnologías del futuro como autos eléctricos y autónomos.

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