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La decisión de Ford de fabricar un vehículo crossover eléctrico en México, en lugar de hacerlo en Michigan, Estados Unidos, se debe en buena medida a la gran cantidad de ingenieros automotrices que la armadora tiene en el país, así como por la calidad y bajo costo de la manufactura.

En enero, Ford canceló una inversión de mil 600 millones de dólares para fabricar el Focus en una nueva planta en San Luis Potosí. En su lugar, decidió invertir 700 millones en la planta de Flat Rock, Michigan, para fabricar vehículos autónomos y eléctricos.

Sin embargo, este jueves la compañía confirmó que fabricará un crossover eléctrico en la planta de Cuautitlán, Estado de México, en lugar de la planta de Michigan, como tenía planeado a principio de año.

“Estamos acelerando nuestro desarrollo de vehículos eléctricos aspiracionales que se apalancarán en nuestras fortalezas de marca. La creación de Team Edison y nuestras colaboraciones con Zotye Automobile y Mahindra Group subrayan cuan confiados estamos en la oportunidad de mercado para nuestros eléctricos en todo el mundo”, explicó Ford vía correo electrónico.

“Como parte de esto, estamos convirtiendo nuestra planta en Cuautitlán en una línea dedicada al ensamble final de nuestro primer vehículo eléctrico para clientes globales. Esto nos permite ofrecer ahorros significativos, capital y espacio físico”.

Los costos de manufactura en México son mucho más bajos que en el vecino país, ya que los trabajadores de las armadoras ganan hasta seis veces menos que sus contrapartes estadounidenses. Además, la firma también cuenta con una gran cantidad de ingenieros automotrices en México, los cuales están dedicados tanto al desarrollo de vehículos eléctricos como híbridos.

Costos. Alejandro Rojo Valerio, director del Centro de Investigación en Mecatrónica Automotriz y del programa de Maestría en Ingeniería Automotriz de la Escuela de Ingeniería y Ciencias del Tec de Monterrey, Campus Toluca, comentó que los costos de manufactura de un automóvil eléctrico son importantes porque las baterías y el motor todavía son bastante costosos.

“El costo de mano de obra es importante en el costo total. Es una decisión de la parte de manufactura, porque si van a hacer alianzas con China, tienen que competir en precio, y también es darle el visto bueno a la ingeniería mexicana para desarrollar el equipo eléctrico”, explicó.

El Centro de Ingeniería de Ford en Santa Fe pasó de 350 a mil 300 ingenieros en los últimos tres años, y buena parte de ellos se ubica justamente en la planta de Cuautitlán.

“En EU hay un déficit de ingenieros, no quieren estudiar ingeniería y se están llevando ingenieros de Asia y Latinoamérica, principalmente de México”, agregó Rojo.

Además, hay varias empresas en el país desarrollando vehículos eléctricos, como Giant y JAC, en Hidalgo, y Zacua, en Puebla.

En tanto, universidades como el Instituto Politécnico Nacional y el Tec de Monterrey han modificado sus planes de estudio para desarrollar vehículos eléctricos e híbridos.

“Hacer vehículos autónomos es más a detalle, por eso la planta de Michigan se queda con esa parte. También hay que reconocer que nuestras carreteras y vialidades todavía no están como para vehículos autónomos, pero para eléctricos sí”, agregó Rojo.

La planta de Cuautitlán tiene capacidad de producción de sobra, ya que en ella se invirtieron 3 mil millones de dólares en 2010 para fabricar el Fiesta, vehículo que ya no tiene mucha demanda.

La decisión de Ford se da pese a las amenazas del presidente estadounidense, Donald Trump, de cancelar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y de la imposición de aranceles.

Ford pretende tener un vehículo autónomo en el mercado para 2021, mientras que el crossover eléctrico comenzará a producirse en 2020.

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