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Después de dos años de una fuerte estrategia por consolidarse en el mercado de crédito al consumo en el país, HSBC México reportó un buen desempeño en 2017, con un aumento en sus ganancias de 37.4% anual.

La firma global considera al mercado mexicano estratégico en su perspectiva de crecimiento y prevé que 2018 sea positivo para el negocio, pese a la incertidumbre por la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y el proceso electoral.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el director general de HSBC México, Nuno Matos, mantiene su perspectiva de que se obtendrá una renegociación exitosa del principal acuerdo comercial que tiene el país y, a partir de su experiencia global en varios mercados emergentes, descarta mayores riesgos como consecuencia de las elecciones presidenciales.

En 2017, HSBC fue de los más optimistas sobre el futuro del TLCAN. ¿Un año después qué esperan de la renegociación?

—Hoy las tres partes tienen mucho más claro el valor del tratado. Creo que existe una actitud más positiva desde el lado estadounidense para el lado mexicano y por lo tanto nos hace pensar que vamos a tener una renegociación exitosa.

Si bien se discuten temas delicados como las reglas de origen o la cláusula de revisión cada cinco años del acuerdo, sí creemos que en los próximos tres meses se va a llegar a un acuerdo y que en algún momento durante 2018, probablemente al final del año, se pueda firmar un nuevo tratado.

Pero no es un hecho, como nunca lo ha sido, pero ante la posibilidad de que no haya un acuerdo, los mercados se pondrán de mal humor, el tipo de cambio es posible que se deprecie, que tenga un impacto en la inflación, pero lo que es importante resaltar es que México sin TLCAN o con él es un país muy competitivo.

Todos los flujos comerciales entre los dos países no van a desaparecer por un tratado que no se haya logrado, ya sea porque se pueden aplicar las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), donde contra el TLCAN las diferencias no son importantes.

Pasamos entonces de incertidumbre global a riesgos locales, principalmente por las elecciones...

—Tenemos que partir del principio de que el próximo Presidente hará lo mejor para México. Hay tres factores que son fundamentales para la próxima administración.

La primera es la manutención y aceleración de las reformas estructurales. Y me refiero a la manutención porque las reformas como han sido dibujadas no son solamente fundamentales para el crecimiento estructural y sostenido de México. Cualquier tipo de situación distinta sería peligrosa.

En el caso de la aceleración de las mismas, México se tendrá que seguir reformando en muchos aspectos y por lo tanto es normal que las reformas sean mejoradas, ajustadas o que se añadan otras.

Una agenda reformista es absolutamente fundamental en la continuación del camino trazado al inicio de la administración.

El segundo pilar es la estabilidad macroeconómica del país. Para distribuir riqueza y para incluir más personas hay que dar estabilidad económica. Hay que tener las reglas claras del juego y si no somos capaces de tener una estabilidad macroeconómica, la creación de la riqueza será menos eficaz y su distribución se hará a partir de una base menor.

El tercer tema es el reforzamiento del Estado de derecho. Hay que reconocer que muchas cosas se han hecho en esta administración como el Sistema Nacional Anticorrupción, criticado por algunos, pero es un primer paso muy importante.

La próxima administración tendrá que seguir este rol de reforzar el Estado de derecho, asegurando que las leyes se cumplan. Las leyes mexicanas son bastante completas.

Con esto va a mejorar el tema de seguridad, combate a la corrupción, se va a controlar más el tema del narcotráfico y se reducirá la informalidad del país.

¿Un cambio a la izquierda es riesgoso para el país?

—Nosotros estamos presentes en 70 países. La gran mayoría son mercados emergentes y en esas sociedades se ha visto de todo estilo de gobiernos, de todo el espectro político.

Más que los colores o las elecciones hacia la derecha o a la izquierda, lo importante en el caso de México es asegurar los tres pilares de los que hablamos. Siempre que se consideren estos tres temas el futuro del país está asegurado.

El 2017 fue mucho mejor de lo que se esperaba, principalmente para los bancos...

—El año pasado fue bueno. México creció a pesar de que al principio de año la visión era pesimista.

Fuimos de los analistas que acertamos después de que dijimos que México avanzaría, lo hizo incluso más que lo esperado por el mercado. Hubo quien habló de recesión y no ocurrió. Crecimos 2.1%, una cifra moderada, pero sana.

Para 2018 debemos esperar una aceleración de este crecimiento aun sabiendo que el arranque del año no ha sido tan brillante. En enero se mostró una expansión un poco menor a lo esperado. Aun así creemos que el avance de México será de 2% para arriba, basado en varias razones.

Los principales socios comerciales están creciendo. Estados Unidos está acelerando su expansión. Las exportaciones mexicanas están avanzando a doble dígito y por otro lado las reformas estructurales siguen teniendo impacto en la economía mexicana.

La reforma energética empezó lenta porque México no puede controlar el precio del petróleo, pero se está consolidando. Estamos viendo en cada ronda más y más postores internacionales de primer nivel que se están comprometiendo a invertir en México cantidades muy importantes para desarrollar todo el sistema energético.

México tiene en 2018 un año donde las condiciones estructurales internas son positivas y las condiciones globales también.

Hace muchos años que el mundo no crecía en forma coordinada. Asia está avanzando fuerte, Europa está regresando de un periodo de menor expansión y la economía americana se está acelerando. Esos son elementos que están sobre la mesa. Si bien el TLCAN y las elecciones van a producir algún tipo de volatilidad que puede detener la intensidad del crecimiento, no puedo dejar de reconocer que hay factores que pueden afectar este crecimiento y pueden limitar un poco el éxito de 2018.

En específico, para HSBC México ¿cuál será la estrategia en un mercado tan competido como el nacional?

—El grupo está cumpliendo con los compromisos con el mercado. 2017 está entregado y entramos en una nueva fase de expansión de tres años de crecimiento acelerado. La estrategia será la misma, aprovechar la banca de consumo, con mil sucursales y 5 millones de clientes y con un pilar que es aprovechar el hecho de que México es una economía muy abierta y nosotros somos el banco perfecto para estas empresas. Estamos profundizando la estrategia.

En el caso del retail o banca minorista, entramos el año pasado y el mercado se está dando cuenta que estamos entrando en una nueva fase de innovación y digitalización.

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