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Tras la primera ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América Latina (TLCAN), los puntos de fricción y las distintas posiciones son álgidas; sin embargo, para Duncan Wood, director del Instituto de México en el Woodrow Wilson Center en Washington, la delegación mexicana se encuentra en una excelente posición negociadora.

Estima que pese a la presión de la administración de Donald Trump, si el presidente estadounidense lograse proclamar una victoria que insinúe que ha reparado el TLCAN, “creo que entonces es muy fácil para el mandatario vender este acuerdo”. Antes hay que lograr uno.

¿Cómo posiciona a México tras la primera ronda de negociación del TLCAN?

—México llegaba a las negociaciones con una posición fuerte. La razón principal es que ha logrado movilizar a una gran red de empresarios estadounidenses, legisladores, gobernadores y otras instituciones civiles que han tenido éxito a la hora de explicar la importancia del TLCAN y el papel esencial de México como exportador a la Unión Americana. México tiene un apoyo enorme dentro de Estados Unidos para defender el acuerdo. Si nos fijamos, salvo excepciones, los objetivos de la Oficina de Representantes Comerciales de EU son razonables.

Pero, ¿también hay puntos de fricción?

—Hay una serie de cosas que siguen siendo problemáticas, incluida la cuestión de la reducción del déficit, las normas de origen, la contratación pública, así como la solución de conflictos. Los tres países dejan Wa- shington en la misma página en términos de comercio, mientras que hace seis meses, EU ni siquiera hablaba el mismo idioma. Debemos ser optimistas, no ingenuos.

Entonces, ¿ha sido un éxito la primera ronda?

—En cuatro días no se puede hacer mucho. La primera ronda se centraba de forma extensa en los principios negociadores. La próxima ronda de México en septiembre será ambiciosa.

¿Es ambicioso pensar que completaremos la revisión en seis meses?

—No se puede esperar renegociar un acuerdo de libre comercio en seis meses. Hay que darle 18.

¿Sigue habiendo líneas rojas que amenazan con dinamitar el acuerdo?

—La primera sigue siendo la obsesión estadounidense por reducir el déficit.

Todos los expertos coinciden en que no se puede usar un acuerdo comercial para reducir déficits. Es una oportunidad para incrementar exportaciones. También está la cuestión de la contratación pública del “Compra América”.

El tercero son los capítulos 11,19 y 20, los mecanismos de resolución de conflictos.

¿Se deben tocar temas como el de los salarios?

—No veo cómo se puede abordar el tema.

¿Y qué me dice de un posible tuit del presidente Trump?

—No estoy seguro de que un tuit vaya a descarrilar el proceso pero es un riesgo.

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