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Dos meses antes de dejar Petróleos Mexicanos (Pemex), el consejero independiente Carlos Elizondo Mayer-Serra denunció ante la plana mayor del gobierno de la 4T y de los nuevos directivos de la petrolera, dos grandes problemas que por años no han podido ser resueltos por complicidades, corrupción o incompetencia en la industria:
El exceso de personal en Pemex y la red de complicidades entre el sindicato que encabeza Carlos Romero Deschamps y las distintas administraciones al frente de la empresa.
“Como consejero he observado que existen grandes temas que nunca han podido resolverse adecuadamente. El primero es la administración de personal, ya que se tiene exceso de personal y una rigidez laboral y administrativa que impiden tener el capital humano correcto en el lugar correcto”, comentó.
“El segundo tema tiene que ver con la red de complicidad entre sindicato y administradores”.

Desde 2009, documentó EL UNIVERSAL, la empresa había reportado 11 mil empleados sin materia de trabajo, asistían a las instalaciones no hacían nada y cobraban.
Para 2017, la petrolera se había propuesto “optimizar la plantilla de personal, reduciendo el tiempo extra y las coberturas de personal sindicalizado”, sobre todo porque en ese año contrató a 26 mil 796 trabajadores temporales.
El exceso de personal le ha venido representando un fuerte gasto.
Desde el primer Contrato Colectivo de Trabajo celebrado en 1942, Pemex y el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) pactaron un sistema de seguridad social que incluía entre otros aspectos, el otorgamiento de pensiones jubilatorias.
La empresa tenía un esquema de beneficio definido a cargo únicamente del patrón, es decir, los trabajadores no otorgaban ni un sólo centavo para su fondo de retiro, todo era cubierto por Pemex.
Las pensiones jubilatorias eran dinámicas y aumentaban conforme a lo negociado en cada revisión al Contrato Colectivo de Trabajo.
Bajo este esquema, durante 2000 y 2014, el pasivo laboral devengado (Obligaciones por Beneficio Definido), definido como el valor presente del pasivo laboral total menos las obligaciones futuras de los trabajadores activos, venía creciendo a una tasa promedio de 18%, para ubicarse en 1.47 billones de pesos en 2014, afectando las finanzas de la firma.
Con la reforma energética y la reforma al sistema de pensiones de Pemex, el personal sindicalizado o de confianza que ingresó a la empresa a partir del 1 de enero de 2016, se incorporará a un régimen de cuentas individuales con una aportación total de 23.05% sobre el salario (Pemex 16.15% y el trabajador 6.9%), contando con el beneficio adicional del servicio médico.
Esto permitió a la empresa migrar de un sistema de beneficio definido a uno de contribución definida, con beneficios para Pemex y los trabajadores. Sin embargo, los empleados activos que ingresaron previo a la reforma, permanecerán en el esquema anterior de beneficio definido con un aumento en los requisitos de jubilación a 60 años de edad y 30 de servicio o 40 años de servicio sin límite de edad (excepto a los trabajadores sindicalizados con más de 15 años de servicio a quienes no les aplican las modificaciones”.
El STPRM, que encabeza Romero Deschamps, está amparado para evitar informar el cúmulo de beneficios económicos que ha recibido.
Al líder sindical se le acusa de enriquecimientos cuando en el tabulador general de Pemex aparece con puesto “planta sindicalizado diurno nivel 28”, con un salario o percepción bruta de 14 mil 309.52 pesos mensuales, de acuerdo con información del Portal de Obligaciones de Transparencia de Pemex.
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