La desigual distribución del trabajo doméstico y de cuidados se ha agudizado por la pandemia del ha limitado a las mujeres su participación en el trabajo remunerado, de acuerdo con un análisis realizado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social ( Coneval ).

El aumento del trabajo del hogar a causa de la pandemia es originado por el incremento de las horas dedicadas a la educación y a la recreación de la población infantil ante la suspensión de la educación presencial, el tiempo destinado al cuidado de las personas enfermas por la Covid-19 , las horas adicionales que se requieren para la limpieza ante el mayor tiempo que se convive en el hogar y por las medidas de contención del contagio, entre otras.

Usualmente, el trabajo doméstico y de cuidados no remunerados ha sido realizado principalmente por las mujeres. De acuerdo con el Informe sobre Pobreza y Género 2008-2018, el promedio a nivel nacional del trabajo doméstico o de cuidados no remunerados se ubicó en 27.8 horas semanales para las mujeres y 15.2 para los hombres en 2018.

Específicamente en el cuidado de otras personas del hogar, en 2018 las mujeres destinaron entre 1.2 veces y el doble de horas con respecto a los hombres.

En cuanto a los quehaceres domésticos las mujeres dedicaron entre 2.2 y 3.2 veces más, presentándose las brechas más amplias en situación de pobreza. A nivel nacional, ellas destinaron en promedio 22.0 horas semanales, mientras que ellos dedicaron 8.2 horas.

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Entre 2008 y 2018, las horas destinadas a las tareas de cuidados no remunerados aumentaron más en las mujeres en situación de pobreza (4.4 horas) respecto de las mujeres que no se encontraban en situación de pobreza (3.7 horas).

En cuanto a los quehaceres domésticos, las mujeres en situación de pobreza presentaron un incremento de 2.3 horas, mientras que para las mujeres que no estuvieron en situación de pobreza fue de una hora, y para los hombres de 0.4 horas indistintamente de su situación de pobreza.

Ante el contexto de la pandemia , el mayor incremento en las mujeres respecto de los hombres en cuanto a la Población No Económicamente Activa (PNEA), se debe, entre otros factores, a su rol de cuidadoras y trabajadoras del hogar que les impidió conciliar el trabajo doméstico y extradoméstico, o que, ante la pérdida de su empleo, asumieron el trabajo del hogar como su ocupación.

Entre el tercer trimestre de 2019 y 2020 la población femenina que no contaba con empleo y que reportó los quehaceres domésticos como su ocupación, aumentó en 1.6 millones (para un total de 21.4 millones al final del periodo), mientras que, en los hombres, el incremento fue menor, de 0.7 millones (1.8 millones al final del periodo). También entre el cuarto trimestre de 2019 y 2020, la PNEA de mujeres que reportó las labores domésticas como su ocupación aumentó más que en los hombres, en ellas fue de 1.3 millones (21.0 millones al final del periodo), y en ellos de 0.5 millones (1.7 millones al final del periodo).

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